Manuel Ansede
“Morirán 10 millones de personas cada año”, alerta William Hall. “Los riesgos son demasiado grandes como para ignorarlos”, sentencia. Hall es uno de los autores de un informe sobre la resistencia a los antibióticos que ha puesto en guardia a las autoridades europeas. El documento, elaborado para el Gobierno británico, sostiene que si no se toman medidas urgentes en 2050 morirán más personas por superbacterias —mutadas e inmunes a cualquier fármaco conocido— que por cáncer (8,2 millones de muertes) o por accidentes de tráfico (1,2 millones).
No es una amenaza del futuro. Solo en España, los microbios superresistentes ya provocan la muerte de 2.500 personas cada año y generan un gasto sanitario de 150 millones de euros anuales, según los datos del Ministerio de Sanidad.
El origen del problema no son los microbios, sino las personas: médicos, veterinarios, farmacéuticos, ganaderos, pacientes. El uso indiscriminado e irresponsable de antibióticos está provocando que surjan cepas multirresistentes de bacterias como la Klebsiella pneumoniae, “con una letalidad por encima del 50%, similar a la del último brote de ébola, pero sin generar atención mediática”, según la médica Pilar Ramón, asesora de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Ramón y Hall participaron el viernes en una jornada por el Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos, organizada en Madrid en la sede del Ministerio de Sanidad. La veterinaria estuvo en el punto de mira. “El consumo de antibióticos para animales en España es uno de los más altos del continente”, expuso la veterinaria belga Nancy de Briyne, de la Federación de Veterinarios de Europa.
Excluyendo a España, las ventas de antibióticos para animales cayeron un 12% entre 2011 y 2014 en los países europeos analizados por la Agencia Europea de Medicamentos, hasta llegar a 121 miligramos vendidos por kilo de carne producido. Pero en España la cifra roza los 419 miligramos, casi un 25% más que en 2011. El Gobierno danés ha presentado una queja ante la UE por estos “pésimos” datos españoles.
La farmacóloga Belén Crespo, directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, destacó el viernes un acuerdo alcanzado con el sector porcino nacional para “la reducción voluntaria” del uso de colistina, un antibiótico de importancia crítica para la salud humana. Los ganaderos utilizan masivamente el fármaco para prevenir infecciones y para promover el crecimiento de los cerdos.
La colistina también se emplea en personas como tratamiento de última línea contra microbios multirresistentes, como Klebsiella pneumoniae, Acinetobacter baumannii y Pseudomonas aeruginosa, responsables de infecciones con alta mortalidad. Sin embargo, empiezan a aparecer resistencias a la colistina, favorecidas por su utilización en la cría de animales, según ha denunciado la OMS, que ha pedido que se prohíba su uso como profilaxis. Este año, una mujer en EE UU ha sido la primera persona que ha sufrido una infección de orina con una versión de la bacteria Escherichia coli resistente al tratamiento con colistina.
“España tiene el mayor consumo europeo de este antibiótico. Hemos pedido al sector porcino que reduzca voluntariamente su uso. Y ya han firmado más del 60% de los productores”, anunció Crespo, que mostró ejemplos, como el fabricante de embutidos Casa Tarradellas. España es el primer productor de cerdos de la UE, con 28 millones de animales.
El uso irresponsable de antibióticos para animales no se reduce a la ganadería, como remarcó en la jornada el veterinario de gatos Salvador Cervantes, miembro del Grupo de Estudio de Medicina Felina en España. Cervantes denunció “un exceso de prescripción de antibióticos” en las clínicas de pequeños animales, por ignorancia, para cumplir los objetivos comerciales de los gerentes, para satisfacer a los dueños o “por la presión de las farmacéuticas, que también está ahí”.
“Nuestro posicionamiento es que los antibióticos deben ser prescritos por los veterinarios tan poco como sea posible, a fin de evitar su uso inapropiado, y tanto como sea necesario, para asegurar que los animales son tratados de forma eficaz para proteger su salud y su bienestar”, ha declarado en un comunicado Félix Hernáez, director general para el sur de Europa de Zoetis, la primera empresa de salud animal del mundo, con unos ingresos anuales de 4.800 millones de dólares. La industria apoya el portal web Vetresponsable, para promover el “uso responsable de los medicamentos veterinarios”.
La asesora de la OMS Pilar Ramón también hizo un llamamiento a “resistir las presiones e incentivos de la industria farmacéutica para prescribir antibióticos cuando no están indicados”, sobre todo a través de “campañas agresivas de introducción de nuevos productos” en países en desarrollo. Ramón expuso “las tres p de presión sobre los trabajadores de la salud: padres, pacientes y pharma”
Fuente: El País