Liz Langley
La respuesta es, eminentemente, no, aunque decidimos investigar las diversas maneras como los animales manifiestan su interés en una pareja:
La danza del faisán
Las aves son los seductores más famosos y de ellas, las que suelen llevarse las palmas son los pavos reales, las aves de emparrado, y las aves del paraíso.
Eso, claro está, hasta que conoces al macho de gran Argus, un tipo de faisán que hace la exhibición más extraordinaria de todas. Para cautivar a las hembras, el gran Argus realiza una danza impresionante, durante la cual despliega sus largas plumas con marcas circulares.
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Por desgracia, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza considera que estos faisanes están casi amenazados en su hábitat nativo de la península malaya.
Los camaradas nariz de botella
Los delfines nariz de botella también realzan su encanto formando “alianzas cooperativas”, dice en un correo Quincy Gibson, biólogo de la Universidad de Florida del Norte.
Los machos nadan y rompen la superficie del agua de manera “altamente sincronizada”, e incluso dan saltos en lo que podría ser un esfuerzo para impresionar a las hermbras.
Y si no lo consiguen, tienen otros trucos escondidos en sus espiráculos.
“Los delfines son animales muy táctiles. Como una manera de establecer vínculos y/o mostrar afecto, machos y hembras acarician y frotan frecuentemente a sus allegados usando sus aletas pectorales y otras partes del cuerpo”, informa Gibson.
Una fragancia de… orina
Ya hemos hablado del baile, ¿qué tal un poco de perfume?
Las jirafas macho exploran la grupa y los genitales de las hembras, y si ellas lo encuentra agradable (¡guiño!) producirán orina voluntariamente, la cual el galán olfateará y lamerá para determinar si se encuentra en etapa de estro.
“Los machos no pueden perder tiempo y energía cortejando a una hembra que ya está gestante o no ha alcanzado el estro”, explica por correo Rachel Brand, ecóloga conductista independiente de Namibia, quien señala que muchos animales hacen lo mismo.
El apareamiento puede ser “un asunto bastante incierto”, agrega Brand.
“El macho tiene que alzarse en las patas traseras y levantar mucho las delanteras”, prosigue. De suerte que si hace el esfuerzo de montarla y la hembra se aparta, “sufrirá una caída tremenda”.
Por ello, seguirá cerciorándose de que está interesada “presionando la grupa de la hembra con el pecho”.
Sin embargo, ella también puede estar esperando a que aparezca un mejor pretendiente.
Seducción con comida
Los insectos preparan las mejores canastas de regalo, asegura Katy Prudic, entomóloga de la Universidad de Arizona.
Los machos suelen obsequiar presas muertas a las hembras, “el equivalente a una caja de chocolates”.
La mosca escorpión macho puede arriesgar la vida robando un insecto muerto de una telaraña para ofrecerlo a una hembra como regalo nupcial. O bien, puede obsequiarle una gota de su saliva repleta de proteínas, un sabroso complemento nutricional que ayudará a la novia a producir huevos.
Gracias a Dios que no somos moscas escorpión.
Fuente: National Geographic en Español