El principal factor académico que impide el mejoramiento de la calidad educativa es la falta de dominio de la lectura y la escritura.
Santo Domingo
Es preciso incrementar en cantidad, calidad y eficiencia el número de niños que aprenda a leer y escribir críticamente en la educación básica. Y, para lograrlo, los docentes deben formarse para enseñar estrategias de comprensión lectora y de desarrollo del pensamiento crítico, alejándose de la tradicional decodificación de palabras en los primeros grados. Otro elemento importante es el involucramiento de las familias y de la comunidad en la valoración de la cultura escrita, afirma la Dra. Liliana Montenegro.
Existen programas que han tenido éxito en el desarrollo profesional de docentes en servicio en algunos países de América Latina y destacamos sus principales características, tales como: creación de un ambiente letrado en la escuela, con bibliotecas de aula que contengan libros atractivos y que den valor a la identidad cultural; uso de estrategias didácticas variadas y lúdicas; atención diferenciada según las necesidades de los estudiantes, énfasis en las microhabilidades de comprensión y producción escritas, entre otras.
La tanda extendida, por ejemplo, es un gran desafío, consiste en delinear estrategias, probarlas a manera de proyecto piloto y luego masificarlas en cuanto a utilizar óptimamente el tiempo de la tanda extendida para mejorar las competencias de lectura y escritura, por el impacto que tienen como medios de expresión, comunicación y gozo, así como instrumento para mejorar la vida de las personas.
Es necesario abordar responsablemente la mejora de los resultados educativos ya que, esa situación amerita del esfuerzo de las autoridades gubernamentales y de la sociedad en su conjunto para que el sistema educativo potencie las capacidades críticas de la población, rompiendo el círculo de la inequidad de las oportunidades.
Según el doctor Daniel Cassany, lingüista y escritor español, varios factores socioculturales, políticos, económicos y tecnológicos han operado cambios trascendentales en la naturaleza de los textos y de las prácticas lectoras que desarrollamos hoy en día. En efecto, seguimos leyendo libros, revistas y folletos, pero también chateamos por Messenger, compramos un billete de avión en una web, sacamos dinero de un cajero automático o consultamos una información turística en un ordenador público, entre otros usos de la lectura y la escritura. Por eso hoy en día leer es más diverso y cada situación, formato y texto crean sus propias particularidades. En consecuencia, enseñar a leer no puede limitarse sólo a adquirir la mecánica fonográfica (a relacionar la letra con el sonido, a oralizar el texto) o a desarrollar los procesos cognitivos de comprensión (activar el conocimiento previo, hacer hipótesis, confirmarlas al procesar la prosa, autoevaluar la propia comprensión, etc.). Si tenemos en cuenta los cambios mencionados, es imprescindible dotar a la enseñanza de la lectura de una dimensión más social y crítica.
Significa, entonces, que la escuela no puede seguir desarrollando prácticas pedagógicas bajo paradigmas tradicionales, sino asumir importantes retos desde las políticas públicas, considerando rediseñar las diferentes estrategias utilizadas por los docentes para enseñar a leer y a escribir a la luz de las nuevas concepciones de lectura y escritura que exige la sociedad actual.
(+) LAS AUTORAS
PUCMM:
Las fuentes de elaboración de este artículo parte de los analisis realizados por la Dra. Liliana Montenegro y Carmen García Jorge, M.A. publicados en el Boletín Transformemos la educación en lectura y escritura (2015). Centro de Excelencia para la Investigación y Difusión de la Lectura y Escritura de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra. p. 6. Año 3, No.3 y No. 4.
Recomendaciones:
Compartimos estos conocimientos y recomendaciones en el marco del Día Mundial de la Alfabetización a celebrarse el próximo jueves 8 de septiembre.