Michael Greshko
La NASA ha adoptado un enfoque nostálgico para promover su iniciativa Viaje a Marte: Carteles turísticos impresionantes que resaltan todo el esplendor de Marte y sus lunas.
Más evocadores de Flash Gordon que del astronauta Mark Watney, la producción de los carteles de estilo retro –recién lanzados en línea- demoró más de siete años: fueron creados para la agencia espacial por la firma de diseño BRC Imagination Arts, y habían sido parte de la exhibición “Se buscan exploradores” del Complejo de Visitantes del Centro Espacial Kennedy de NASA desde 2009.
[av_image src=’http://planlea.listindiario.com/wp-content/uploads/2016/08/cartel-retro-de-la-nasa-02.jpg.imgw_.1280.1280.jpg’ attachment=’3904′ attachment_size=’full’ align=’center’ styling=” hover=” link=” target=” caption=” font_size=” appearance=” overlay_opacity=’0.4′ overlay_color=’#000000′ overlay_text_color=’#ffffff’ animation=’no-animation’ custom_class=” av_uid=’av-387gv2′][/av_image]
“Queríamos diseñar una exhibición que hablara del futuro de la exploración espacial, e inspirara a los jóvenes a interesarse y quizás convertirse en nuestra futura fuerza de trabajo [de] científicos, ingenieros y astronautas”, explica Andrea Farmer, gerente de relaciones públicas del complejo.
No obstante, pese a lo inspirador que podría resultar un viaje a Marte, difícilmente sería el viaje placentero y romántico que sugieren los carteles.
“Es una opción, no un imperativo”, dijo John Logsdon, profesor emérito del Instituto de Política Espacial en la Universidad George Washington, en una entrevista previa. “Marte está muy lejos, es difícil llegar allá, y cuesta mucho dinero”.
Explorar Marte conllevaría viajar nueve meses, nada más de ida, para visitar un paisaje incluso más inhóspito que el Antártico.
La atmósfera árida del planeta –más de 50 veces más ligera que el aire en la cumbre del Everest- es irrespirable. Las temperaturas oscilan de -153 a 20 grados centígrados, y suaves vientos soplan sobre un suelo repleto de percloratos tóxicos.
Y después, en el supuesto de que alguien sobreviviera a estos embates, ¿cómo, exactamente, saldrían los astronautas del Planeta Rojo para regresar a la Tierra?
Luego, está el asunto de la política. Estudios recientes de misiones marcianas apenas mínimas han logrado restringir los costos al presupuesto de exploración actual de la NASA –alrededor de ocho mil millones de dólares en 2016-, pero solo si el Congreso se compromete a realizar incrementos anuales para ajustarlo a la inflación. Sin embargo, incluso los planes más agresivos propuestos hasta ahora colocan a los seres humanos en la superficie de Marte hacia la década de 2030, lo cual requeriría de un compromiso financiero a largo plazo y décadas de voluntad política.
Y hasta estos carteles se han visto atrapados en los cambiantes vientos políticos. En principio, se pretendía que resaltaran el programa Constellation de NASA, un proyecto de la administración Bush para regresar a la luna, visitar un asteroide cercano a la Tierra y finalmente, pisar el suelo marciano.
Mas en 2009, un comité especial de alto nivel manifestó inquietudes sobre dicho programa, lo que terminó por hundir Constellation y forzó al Centro Espacial Kennedy a rediseñar su exhibición, la cual ahora está alineada con los proyectos de NASA para la iniciativa Viaje a Marte.
A pesar de los peligros y desafíos, personas de todo el mundo –y de toda NASA- siguen soñando en grande, trabajando por el día en que las fantasías de los carteles puedan convertirse en realidades.
Después de todo, dijo Logsdon, “eso hace la gente del espacio”.
Fuente: National Geographic en Español.