Craig Welch
Una nueva investigación sugiere que limitar el calentamiento a 1.5 en vez de 2 grados centígrados puede reducir drásticamente los impactos del cambio climático en todo el mundo.
Limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados reduciría drásticamente la escasez de agua en la región del Mediterráneo, ayudaría a salvar los arrecifes tropicales, permitiría cultivar más trigo en África Occidental, y acortaría de manera significativa las ondas de calor, afirma un nuevo estudio de investigadores europeos.
Mientras los líderes mundiales debatían sobre la mejor manera de evitar que el planeta se caliente más de 2 grados centígrados, los líderes de las naciones vulnerables de las islas del Pacífico y África Occidental argüían que dicho objetivo era demasiado tolerante. Así que, en diciembre pasado, los negociadores climáticos reunidos en París acordaron que el mundo debía esforzarse en limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados, aun cuando dicha meta fuera difícil de alcanzar y los beneficios, difíciles de cuantificar. El pasado 22 de abril, los jefes de estado de unos 160 países firmaron el acuerdo climático.
La nueva investigación ofrece lo que podría ser la visión más detallada, hasta ahora, sobre la diferencia que marcaría medio grado centígrado.
A partir de varios modelos climáticos, los científicos estudiaron cerca de una docena de indicadores climáticos –incluidos crecida del nivel del mar, producción de arroz y soja, e incidentes de clima extremo- para analizar los efectos de los dos escenarios de temperatura en 25 regiones mundiales. Si bien dichos modelos no concuerdan en qué ocurrirá, precisamente, los investigadores observaron tendencias consistentes, las cuales sugieren que si se limita el calentamiento al rango inferior, el cambio climático se reduciría sustancialmente en muchos lugares.
“Existe cierta incertidumbre en todos los niveles; no podemos decir que sucederá, exactamente, con 2 grados centígrados”, informa el coautor Jacob Schewe, del Instituto Potsdam para Investigación Climática, en Alemania. El estudio fue publicado en Earth Systems Dynamics, una revista de la Unión Europea de Geociencias. “Esto se hizo para probar si había o no una diferencia significativa entre los dos objetivos. Y la respuesta es: sí, emergen diferencias importantes”.
La nueva investigación inició antes de las negociaciones de París. Es uno de los primeros esfuerzos que intentan determinar cuán distinto luciría el mundo si los líderes mundiales alcanzan el objetivo más estricto.
“Dos grados suponen un gran impacto, pero había muy poca información sobre lo que sucedería con 1.5 grados –agrega el autor principal, Carl-Friedrich Schleussner, asesor científico de Climate Analytics, instituto de políticas berlinés-. El propósito era llenar ese vacío de información”.
Lo que hallaron los científicos fue que había “puntos calientes” globales, donde era posible minimizar graves problemas limitando el calentamiento a solo 1.5 grados centígrados.
Por ejemplo, en algunas partes de Australia, América Central, África del Norte y el sur de Europa, el suministro de agua dulce podría menguar sustancialmente si la temperatura media aumenta 2 grados por arriba de los niveles previos a la Revolución Industrial. Si ese incremento de la temperatura se reduce en medio grado, podría disminuir la pérdida de agua que alimenta los ríos y arroyos de todas esas regiones: casi a la mitad en la región del Mediterráneo, lugares que actualmente padecen problemas de escasez de agua.
“Si un país ya tiene dificultades con la gestión de agua, hasta la más mínima pérdida de agua puede representar un grave problema”, afirma Schewe.
Se prevé que la producción de soja en la región amazónica decline conforme las temperaturas aumenten a 1.5 grados centígrados, y la decadencia sería mucho peor con 2 grados. En cambio, la producción de trigo probablemente aumentaría con ambos escenarios en las latitudes altas; sin embargo, en las regiones ecuatoriales la producción se desplomaría con el incremento de 2 grados centígrados, exacerbando la escasez de alimentos.
Medio grado centígrado no parece gran cosa, pero hace un mundo de diferencia en términos del impacto climático.
Rob Jackson | científico terrestre, Universidad de Stanford
Algunos científicos no afiliados con la investigación coinciden en que el estudio reveló contrastes enormes.
“Medio grado centígrado no parece gran cosa, pero hace un mundo de diferencia en términos del impacto climático –dice Rob Jackson, científico terrestre de la Universidad de Stanford-. Las sequías, inundaciones, y ondas de calor serían menos frecuentes y menos graves. Así mismo, los sistemas árticos y los arrecifes coralinos serían más saludables”.
Debido a la creciente temperatura y la acidificación del mar, casi todos los arrecifes coralinos tropicales encaran la probabilidad de una grave degradación en la eventualidad de que la temperatura aumente 2 grados. Sin embargo, una minoría significativa de estos viveros de peces, que ayudan a sustentar un cuarto de las pesquerías mundiales y proporcionan alimento a millones de personas, tendrían más posibilidades de sobrevivir con un incremento de temperatura de 1.5 grados centígrados.
Entre tanto, una crecida importante del nivel marino –que muchos consideran casi inevitable, a la luz de una reciente investigación sobre la inestabilidad del manto de hielo del Antártico Occidental- podría, al menos, ralentizarse durante el presente siglo si el calentamiento global se reduce a 1.5 grados, dando a la sociedad más tiempo de prepararse para los cambios que están por venir.
“La pregunta relevante para mí es: ¿Vale la pena el esfuerzo de limitar el incremento de temperatura a 1.5 en vez de 2 grados? –dice Schewe-. En mi opinión, este estudio es un paso para responder esa pregunta”.
Por supuesto, encontrar la manera de cumplir el objetivo de 1.5 grados es una cuestión completamente distinta. Muchos científicos han sugerido que limitar el calentamiento a 2 grados exigiría un esfuerzo monumental, incluido eliminar CO2 de la atmósfera. Y una investigación de Jackson sugiere que el umbral para prevenir un incremento superior a 1.5 grados podría alcanzarse en el lapso de una década.
“La ventana de políticas para limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados está cerrándose –previene Jackson-. El acuerdo de París es un buen comienzo, pero hay mucho trabajo por hacer, y debe hacerse rápido”.
Fuente: National Geographic en Español