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Uso del video en la educación

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Linda Castañeda

Quería ver con vosotros algunas de las claves para el buen uso del vídeo en la educación si sois conscientes del contexto en el que nos enmarcamos lo cierto es que este proyecto tiene como una de sus grandes proclamas o una de sus grandes metas el que vosotros os introduzcáis en el uso de las nuevas tecnologías en el aula y muy especialmente que empecéis a sacar provecho de una tecnología que ya lleva muchos años con nosotros y que ha evolucionado mucho durante este último siglo seguramente y que hace parte de nuestra de nuestro ecosistema de casa la televisión la televisión aparecen los años 30 del siglo 20 y ha evolucionado de forma imparable durante todo ese siglo, pero lo cierto es que en las escuelas muchas veces la seguimos utilizando de la misma manera en la que la hubiéramos podido utilizar en los años 30 y la idea es que podamos pensar en otros usos o en cómo usarla bien.  Para ello vamos a hacer un recorrido o lo que el profesor Antonio Bartolomé de la Universidad de Barcelona denomina los diez errores clásicos a la hora de utilizar el vídeo en educación.

Vamos a ver esos diez errores de la mano de Antonio Bartolomé diez errores de utilizar el vídeo en el aula

El primero de los errores es pensar que el vídeo sólo está allí para verse como la televisión, que sólo la podemos ver y ellos nos cuentan cosas,  nos echan cosas.  El  vídeo está ahí también para que el alumno cree, podemos crear cosas dentro del aula, dentro y fuera del aula, para aprender cosas, porque nuestros alumnos, hoy más que nunca, tienen la posibilidad de crear vídeos y nosotros como profesores podemos crear vídeos.   Podemos crear cosas con lo que nuestros alumnos aprendan y eso es clave tenerlo en cuenta.

El segundo error es creer que los programas de vídeo para educación deberían durar entre 15 y 20 minutos, basado seguramente en algunas teorías psicológicas sobre la atención.  Lo cierto es que un vídeo aburrido es aburrido de tres minutos, entonces o es un gran vídeo, o es una película que te engancha, o cuánto más corto mejor los vídeos, cuanto más cortos mejor.

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Tercer error: el vídeo lo maneja sólo el profesor, yo llego, pongo mi vídeo pongo a mis alumnos a que vean el video y después lo quito  y hago preguntas o hago lo que tenga que hacer.  Nos  tendremos que preguntar si a lo mejor deberíamos dejar en manos de nuestros alumnos el mando para que ellos puedan decidir cuándo parar el video,  hacer preguntas cuándo adelantarlo, cuándo atrasarlo o cuándo volver a ver una parte,  porque son ellos, son ellos los que tienen que aprender cosas con ese vídeo no nosotros.   Nosotros ya hemos buscado el vídeo,  los que están aprendiendo son ellos y la clave es que nuestros alumnos aprendan cosas más y mejores.

El cuarto error es pensar que cuando se usa un video se usa con un objetivo didáctico específico, es decir, tengo un objetivo, quiero que mis alumnos aprendan tal cosa; pues les busco un vídeo para que aprendan tal cosa.  Hoy en día el planteamiento es un poco más grande y un poco más extenso se trata de que nuestros alumnos aprendan competencias u objetivos más complejos y más integrados en otras cosas y para que eso se dé no sólo necesitamos un video, o un ordenador, o un libro de texto, o un material,  necesitamos que nuestros alumnos tengan a su alrededor metodologías  que les permitan aprender,  y en esas metodologías el vídeos es un elemento; como podrían ser otros elementos que pudiésemos usar dentro del aula.

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El vídeo no debería estar solo en cintas o en discos como dice este error,  la idea es que no nos suscribamos sólo a esos formatos, sólo a esos soportes,  sino que,  lo dejemos que fluyan en los soportes que llevan nuestros alumnos encima.  Yo no sé vosotros, pero en secundaria lo normal es que lo primero de lo que no se despega un adolescente es de su teléfono móvil, de su teléfono celular.  Y  en su teléfono celular seguramente podrá reproducir vídeos,  o tiene una mp3, o un mp4 y de él no se desprende.  Que lo pueda llevar ahí,  que se convierta en una presencia ubicua, que lo pueda  aprovechar de manera que no sólo lo podamos usar dentro de la clase.

Las fronteras entre la educación formal y no formal.  Cada vez son más transparentes entre lo formal y lo informal, incluso hablamos de educación expandida, de tirar las paredes de nuestra escuela,  y eso también implica que no sólo usemos vídeos en clase sino que los dejemos para qué el alumno cuando quiera pueda acceder a ellos, una o más veces y pueda decidir.  Es posible que no lo haga, pero seguramente si no les damos la oportunidad sí que no lo van a hacer.

En séptimo lugar deberíamos decir que los programas que se usan no deberían quedarse solo en nuestro centro, en nuestra escuela o en casa, deberían poder estar abiertos, subidos en internet, de manera que cuando nuestros alumnos quieran puedan acceder a ellos desde donde quieran que estén.  Si la información a la que pueden acceder en cualquier momento por eso podrán acceder con más facilidad y tendrán la oportunidad de acceder con más facilidad a esos vídeos.

En octavo lugar deberíamos decir que en un vídeo esa obsesión por quién es el emisor y quién es el receptor deja de ser tan relevante no es que no exista seguramente en este momento yo soy el emisor y  nosotros sois los receptores pero este modelo de comunicación es bastante más restrictivo de lo que las redes nos permiten hoy en día, con lo cual dejemos de pensar en quién es el emisor y quién es el receptor.  Pensemos en qué estamos aprendiendo y cómo lo estamos aprendiendo,  si para ello todos tenemos que hacer de emisores o todos intentamos hacer un poco de receptores, o todos hacemos en determinados momentos diferentes papeles, pues bienvenido sea, es la intención.

Los dos últimos errores que enuncia Antonio Bartolomé tienen que ver no sólo con el vídeo sino con casi todas las tecnologías y creo que son vitales, pero tenemos que saber que en primer lugar es un error pensar que el vídeo pueda sustituir a un profesor.  Cuando un profesor es un buen profesor no hay vídeo que pueda sustituirlo.  Se han hecho muchos estudios en los que se ha comparado veinte minutos de vídeo con 20 minutos de explicación de un buen profesor y lo cierto es que siempre la balanza se inclina del lado del buen profesor,  del que da bien su clase, del que explica, del que mira a los ojos, del que te da el ejemplo que tú necesitas y te lo repite de las formas más diversas para que tú puedas entenderlo.

Pero el décimo error es precisamente el caso contrario es un error pensar que los profesores somos insustituibles, hay una frase que es bastante conocida que dice “que si las tecnologías  pueden reemplazar a un profesor, si una tecnología puede reemplazar a un profesor lo ideal es que lo haga porque saldrá mucho más barato; pero en realidad si hay un mal profesor siempre será mejor ver un buen video, que oír a un mal profesor.  Alguien que no tiene ninguna intención de  repararse lo que está diciendo o decirlo de formas diversas con lo cual los profesores no es que seamos insustituibles, pero un buen profesor nunca podrá ser reemplazado por un vídeo.  Todos estos errores y más introducción están en este libro es un libro de la editorial síntesis que se llama Vídeo digital y educación que es del año 2008 y como os decía es del profesor Antonio Bartolomé y que os recomiendo y nada más esperar que sigáis intentando incluir más vídeos más y mejores vídeos y hacer del vídeo una parte importante de vuestras clases. Gracias.

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