Se necesita de nuevos sistemas laborales y nuevos aprendizajes para que el profesorado lleve a cabo su profesión.
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Francisco Imbernón 1/2
Universidad de Barcelona / Especial para Plan LEA
Santo Domingo
En la actualidad se habla mucho de desarrollo profesional del profesorado. En el ámbito anglosajón, predominantemente norteamericano, existe una similitud entre formación permanente y desarrollo profesional.
Si aceptamos tal similitud veríamos el desarrollo profesional del docente como un aspecto muy restrictivo ya que se vendría a decir que la formación es la única vía de desarrollo profesional que tiene. Desde nuestra realidad no podemos aseverar que el desarrollo profesional del profesorado sea únicamente debido al desarrollo pedagógico, al conocimiento y comprensión de sí mismo, al desarrollo cognitivo o al desarrollo teórico, sino todo eso pero enmarcado, o añadiéndole, una situación laboral que permite o impide el desarrollo de una carrera docente.
Factores del desarrollo docente:
Su salario, la demanda del mercado laboral, el clima laboral, la promoción dentro de la profesión, las estructuras jerárquicas, y, por supuesto, por la formación permanente que esa persona va realizando a lo largo de su vida profesional. Esta perspectiva es más global y parte de la hipótesis según la cual el desarrollo profesional es un conjunto de factores que posibilitan o impiden que el profesorado avance en su vida profesional. La mejora de la formación ayudará a ese desarrollo pero la mejora de los otros factores (salario, estructuras, niveles de decisión, niveles de participación, carrera, clima de trabajo, legislación laboral) también y de forma muy decisiva. Podemos realizar una excelente formación y encontrarnos con la paradoja de un desarrollo cercano a la proletarización en el profesorado porque los otros factores no están suficientemente garantizados en esa mejora. En conclusión, la formación es un elemento importante de desarrollo profesional pero no el único y, quizá, no el decisivo.
También existe el peligro de que el término ‘desarrollo profesional’, tal y como se está aplicando últimamente, tenga connotaciones funcionalistas, cuando se le define únicamente como una actividad o un proceso para la mejora de las habilidades, actitudes, significados o de la realización de una función actual o futura. Un posible acercamiento al concepto de desarrollo profesional del profesorado puede ser el de cualquier intento sistemático de mejorar la práctica laboral, creencias y conocimientos profesionales, con el propósito de aumentar la calidad docente, investigadora y de gestión. Este concepto incluye el diagnóstico procesual y no de carencias de las necesidades actuales y futuras del profesorado como miembro de un colectivo profesional, y el desarrollo de políticas, programas y actividades para la satisfacción de estas necesidades profesionales.
Considerar el desarrollo profesional más allá de las prácticas de la formación y juntarlo con factores no formativos sino laborales, supone una reconceptualización importante, ya que no se analiza la formación únicamente como el dominio de las disciplinas ni se centra en las características personales del profesorado. Significa también analizar la formación como elemento revulsivo y de lucha de las mejoras sociales y laborales y como promotora de establecer nuevos modelos relacionales en la práctica de la formación y las relaciones laborales. Respecto a este tema, ya Bolam (1980) en su informe a la conferencia de París, argumentaba que “las dificultades halladas estos años en lo que se refiere a programas de formación (…) han revelado, por una parte, la escasa toma en consideración de la experiencia personal y profesional de los docentes, de sus motivaciones, y, por otra, la insuficiente participación de los interesados en la toma de decisiones que les conciernen directamente (…) los profesores deben poder beneficiarse de una formación permanente que se adecue a sus necesidades profesionales en contextos educativos y sociales en evolución.”
(+) DESARROLLO PROFESIONAL DE TODO EL PERSONAL
Otro concepto a introducir en el concepto de desarrollo profesional colectivo o institucional, o sea, el de desarrollo de todo el personal que trabaja en un centro educativo. El desarrollo profesional de todo el personal educativo de un centro educativo se define como aquellos procesos que mejoran la situación laboral, el conocimiento profesional, las habilidades y actitudes de los trabajadores de un centro educativo. Por lo tanto, en este concepto se incluiría a los equipos de gestión, al personal no docente y al profesorado.
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Francisco Imbernón:
Catedrático, director del grupo FODIP y del Observatorio Internacional de la Profesión Docente de la Universidad de Barcelona, España. Es catedrático universitario de Didáctica y Organización Educativa de la Universidad de Barcelona. Ha sido decano de la Facultad de Formación del profesorado de la Universidad de Barcelona y director del Departamento de Didáctica y Organización Educativa de la misma Universidad. Maestro, licenciado y doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación, siempre ha estado preocupado por la teoría y la práctica educativa en diversos ámbitos y niveles. Esta preocupación le ha llevado no únicamente a desarrollar tareas en formación inicial sino en la formación permanente del profesorado de todos los niveles educativos, desde la primaria hasta la Universidad, y en la formación de profesionales de diversos sectores y formadores. Ha recibido varios premios y ha publicado diversos libros unipersonales. Es miembro de diversos consejos de redacción y ha publicado numerosos artículos en “GUIX” (de la cual es director desde 1977). En el campo de la investigación ha sido director de diversas investigaciones tanto nacionales e internacionales.