Padre José Navarro, S. J.
Coordinador Nacional Pastoral Materno Infantil
La salud y el bienestar de las personas dependen en gran medida del modo en que se han alimentado desde la primera infancia. Las madres, los padres, abuelos y todos los miembros de la familia están llamados a practicar buenos hábitos de alimentación con los niños y niñas desde el nacimiento y en cada etapa de su desarrollo. Así, podremos evitar problemas como la desnutrición, la anemia, la obesidad y otros problemas nutricionales que afectan a niños y adultos en nuestro país y en el mundo.
A continuación presentamos algunos consejos para la alimentación de los niños y niñas en los primeros años de vida.
-Dar solamente la leche materna desde que el niño o niña nace hasta que cumple los seis meses de edad. La leche materna es el mejor alimento para los primeros seis meses de vida, protege de enfermedades y siempre está buena. No es necesario dar agua ni té, jugos u otros alimentos hasta cumplir los seis meses.
-A partir de los seis meses de edad, comenzar a introducir los nuevos alimentos gradualmente, es decir, poco a poco.
A partir de los seis meses, se inicia lo que llamamos la “alimentación complementaria” en que se van introduciendo otros alimentos en la alimentación del niño o niña y se continúa dando el seno hasta los dos años o más. Estos deben introducirse uno en uno, dejando un período de 3 o 4 días en cada nueva introducción, para detectar posibles alergias, y para que el niño se acostumbre al sabor. Cuando el bebé ya acepta bien un alimento, éste puede ser mezclado con otro. -Preparar papillas espesas y no aguadas, desde el inicio. Los niños y niñas menores de dos años necesitan muchos nutrientes, pues están en crecimiento, pero su estómago es muy pequeño. Si les damos sopas y comidas aguadas no recibirán la cantidad suficiente de nutrientes. Por eso, las papillas no deben ser muy aguadas; para que sostengan bien es mejor que sean espesas, pues así tienen más nutrientes y calorías. -Dar alimentos naturales variados, de colores y sabores diferentes.
La alimentación debe ser variada, para que el niño reciba todos los nutrientes que necesita. Un bebé que aprende a comer frutas y vegetales variados tiene más probabilidades de ser un adulto con buenos hábitos de alimentación y mejor salud. A partir de los seis meses hay que tener especial cuidado para prevenir la anemia. Para esto es necesario dar al niño o niña alimentos especialmente ricos en hierro y en vitamina A.
El hígado de pollo o de res es importante dárselo a partir de los seis meses, pues este alimento es especialmente rico en hierro y vitamina A.
Las habichuelas, los guandules y otras leguminosas también aportan una buena porción hierro. Se debe mantener una higiene cuidadosa al preparar y dar los alimentos al niño.
El adulto debe lavarse las manos antes de preparar los alimentos y antes de dar de comer al niño. Es importante lavar también las manos del niño, y utilizar recipientes limpios. Utilizar agua potable (hervida o clorificada). Recordar que los biberones fácilmente se contaminan y producen diarrea al bebé. Es mejor usar un vasito para darle alimentos líquidos.-Dar la comida en un plato individual para cada niño o niña, y crear un ambiente favorable. Dar los alimentos en un plato individual para el niño, con cuchara. Si se le da del mismo plato que la madre, no sabremos qué cantidad come el niño. Es mejor dar los líquidos en vasito, y no en biberón, para evitar contaminación y diarreas. Es importante crear un clima agradable en la mesa. Este momento es de aprendizaje y de mucho amor.
(+)
ALIMENTACIÓN BALANCEADA
GRUPOS DE ALIMENTOS
-Constructores. Ricos en proteínas y forman los tejidos del cuerpo. Las carnes y derivados, pescado, huevos; habichuelas y demás leguminosas. -Protectores : Ricos en vitaminas y minerales; nos protegen de algunas enfermedades. Frutas: lechoza, piña, cereza, guayaba, china, guineo, mango, etc.. -Energéticos ricos en carbohidratos y grasas; nos dan energía para que nuestro cuerpo funcione.
JOSÉ NAVARRO, S.J. FASCÍCULO NO. 4
El padre José Navarro García ingresó a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) a la edad de 16 años, donde estudió Química y alcanzó el más alto índice de su promoción. Se graduó magna cum laude. Hizo una maestría en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y luego en Brasil para su doctorado.
Actualmente es el coordinador general de la Pastoral Materno Infantil de la Iglesia Católica de República Dominicana. Esta pastoral viene funcionando a nivel piloto desde hace unos años, construyendo una propuesta para mejorar la nutrición y el desarrollo integral en los primeros años de vida.
Precisamente este programa constituye el tema de su tesis de Doctorado en Ciencias de la Nutrición, bajo el tema: Evaluación de impacto de un programa de atención primaria en salud materno infantil.
La Pastoral Materno Infantil tiene sus raíces en la Pastoral del Niño del Brasil (Pastoral da Crianca). La historia de esa pastoral comenzó en 1982, en una reunión sobre la paz mundial, celebrada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Esta organización se está extendiendo por América Latina y el Caribe, África y Asia.