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El don de saber escuchar

Al escuchar, tenemos que poner toda la atención a la acción de hablar y de transmitir de la otra persona.

Santo Domingo

Escuché decir en una ocasión: “Saber escuchar es un arma de doble filo, sumamente efectiva…. Quien escucha siempre considera que uno es encantador, porque le está prestando atención a lo que tiene que decir e inconscientemente lo considera como un aliado.  Pero, además, el que escucha siempre recibe información estratégica que puede emplear a su favor en el momento en que lo considere más oportuno”.  Y, en efecto, el silencio es casi un arma de guerra… ¡que pocos sabemos emplear!

Al igual que podemos llegar a controlar el lenguaje del cuerpo, saber escuchar requiere cierto entrenamiento y cierta disciplina.

Aquí les comparto algunas sugerencias para ejercitar la buena escucha, que pueden ayudarnos en nuestras relaciones, ya sea en el hogar, el trabajo o en la vida en general:

-Formar el hábito. No estamos acostumbrados a escuchar, porque no lo hacemos a menudo, pero, como todo hábito, es cuestión de ejercitarlo, y poco a poco se facilitará. Empiece hoy mismo, con cualquier persona.

-En vez de pensar en lo que va a decir mientras habla, concéntrese en sus palabras y emociones. Ponga toda su atención en la persona y olvídese de usted en esos momentos.

-Mantener la actitud. La otra persona no percibirá su atención solo porque guarde silencio mientras habla; necesita también ver en su actitud que le interesa recibir su mensaje. Por eso, dele señales claras de que está atento a través de sus gestos, de una postura receptiva y, sobre todo, con la mirada.

-Formular preguntas. Una vez que la persona haya hablado, hágale preguntas para estar seguro de que entendió bien sus palabras. Esto no solo aclara la comunicación, sino que infunde confianza a la otra persona para expresar lo que piensa.

-Tener equilibrio emocional. Si toma como una alusión personal todo lo que escucha, creará una barrera y quizá las emociones le ganen. Si la otra persona habla de usted, piense que es solo su percepción.   Usted puede expresar desacuerdo sin tener que alterarse. A veces guardar silencio es sensato, y nos acerca más a la otra persona.

-Evitar las distracciones. El celular o cualquier otro aparato portátil que suene pueden cortar de tajo la comunicación. Así que tenga las manos libres mientras conversa.

Elizahenna Del Jesús
Elizahenna Del Jesús
Coordinadora Editorial en Plan LEA, Listín Diario, graduada Magna Cum Laude de la Licenciatura en Letras Puras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)

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