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Conversando con la Ley 136-01 de protección a los menores

¡Por Dios, que pare esta ola de violencia y abuso contra tantas mujeres y adolescentes en nuestras escuelas y en la sociedad en general!

En el mundo de hoy los depredadores no andan ni por las montañas y mucho menos por los bosques, a propósito del cuento de Caperucita Roja. En la insatisfacción de sus ansías devoradoras ya no necesitan de grandes andanadas por esos lares en búsqueda de su nueva víctima. Las tienen como un menú permanente a través de las redes que, en su ingenuidad, se muestran. Ya no se visten de mansos corderos sino de hombres y mujeres con tizas y borradores en mano, administradores de la palabra sagrada, como incluso de paternidad “amorosa”. No es nuevo es solo que su ropaje se ha diversificado, pero siguen siendo lobas y lobos hambrientos buscando su nuevo manjar que sacie su lujuria y su crónica necesidad de “carne fresca”. Por supuesto, no tienen que esconderse detrás de una piedra o un árbol, sino delante de una pantalla o detrás de su función protectora o educadora.

((A propósito, el depredador de turno pasó por un concurso docente reciente, pues estaba en su primer año de ejercicio, acaso no debería el Ministerio de Educación, además de apoyar el curso que sigue la ley, revisar las pruebas psicológicas que éste tuvo que tomar en aquel momento, pues uno de sus amigos dice que no es la primera vez que el depredador ha actuado. Es decir, parece que estamos ante un modo de accionar.))

Ante los acontecimientos que envuelve el fallecimiento de la joven adolescente en la Provincia de La Altagracia, quise tener un conversatorio con la Ley de Protección a los niños, niñas y adolescentes, el instrumento legal por vocación, que sirve de marco para protegerlos de las y los depredadores de turno; pero también con los Medios de Comunicación que deberían ser instrumentos de eso, comunicar y educar, contribuyendo con el desarrollo de la conciencia ciudadana, en este caso, de protección, precisamente, de nuestras niñas, niños y adolescentes. Con ello solo procuro aclararme a mí mismo y quizás posibilitar algunas reflexiones que puedan ser de utilidad en medio de tanta náusea provocada ante los hechos contados por medios y redes.

¿Me podría decir quién es usted y para qué sirve?

Oh, por supuesto, yo soy la Ley 136-01, es decir, el Código que contiene el sistema de protección y defensa de los derechos fundamentales de niños, niñas y adolescentes, y estoy para garantizarles a todos ellos un ejercicio y disfrute pleno y efectivo de sus derechos fundamentales…

¡Ah! ¿sí?

Claro y por tanto, defino y establezco la protección integral de sus derechos regulando el papel y la relación entre el Estado, la sociedad y la familia y, por supuesto, toda persona que quede bajo el amparo de mí, que soy la Ley.

¿Y quiénes son esas personas?

No te lo imaginas, todas las personas menores de 18 años sin establecer ninguna diferencia por ninguna razón, así sea de raza, color, sexo, idiomas, pensamiento, conciencia, religión, creencias, cultura, opinión política o de otra índole, como tampoco posición económica, origen social, étnico o nacional, discapacidad, enfermedad, nacimiento, en situaciones de riesgo o cualquier otra condición de ellos y de sus padres, representantes o responsables o de sus familias.

¿Y con qué se come eso?

Bueno, hay un conjunto de principios, como por ejemplo el de prioridad absoluta[1] que plantea que el estado y la sociedad deben asegurar, con prioridad absoluta, todos los derechos fundamentales de ellos, a través de las políticas públicas, como recibir protección especial en cualquier circunstancia…

Usted habla del estado, de la familia, incluso, de la sociedad, ¿y qué le toca a cada quién?

Bueno, para eso están los principios de la Ley, sobre todo el VII, el VIII y IX que son muy claros: mientras el primero, el VII, dice que el Estado debe tomar todas las medidas administrativas, legislativas, judiciales y de cualquier otra índole, para garantizarles que disfruten de sus derechos de manera plena y efectiva, el segundo, el VIII, señala que las familias son las responsables en primer término de asegurarles ese disfrute, y el otro, el último, le toca a la sociedad y sus organizaciones ser garantía de los mismos. ¡Más claro de ahí…!

Hasta ahora, usted solo menciona derechos, ¿y de deberes qué?

Por supuesto que hay deberes y están contenidos en el Cap. I, Art. 2, que de manera resumida dicen que los niños, niñas y adolescentes deben honrar a la Patria a través de sus símbolos, sus héroes y heroínas, valorar y respetar a la familia, es decir, a sus padres, además de que deben ir aprendiendo a ser respetuoso de la libertad y la diversidad pensamientos y creencias. Así mismo, cumplir con sus responsabilidades escolares, familiares y comunitarias, como preservar el medio ambiente y cumplir y respetar las leyes.

Puedo observar que usted hace mención del derecho a la integridad, e incluso, a la restitución de derechos como a la denuncia cuando son abusados, ¿podría explicarme todo eso?

Claro, los artículos 12, 13 y 14 son los que especifican ese tema. El primero, el 12, señala que el derecho que tienen a su integridad personal, lo que significa el respeto a su dignidad, inviolabilidad de la integridad física, síquica, moral y sexual, incluyendo -óyelo bien- su imagen, identidad, autonomía de valores, ideas, creencias, espacio y objetos personales. El 13 por su parte, añade que en la defensa de esos derechos el Estado tiene la responsabilidad de hacerlo sin importar el medio que utilice en su contra, así sea la internet o cualquier otra vía electrónica. Y el último que es el 14, en resumen dice que toda persona adulta, tanto en la vida pública como privada, que tuviese conocimiento o sospecha alguna de una situación de abuso o de violación de derechos, están obligados a denunciarla ante las autoridades competentes, sin que eso le perjudique de manera legal respecto a la información que ofrezcan. Además, déjeme decirle que, en su derecho al honor, la reputación e imagen propia, a su vida privada e intimidad personal y familiar, bajo ningún concepto pueden ser objeto de injerencias arbitrarias o ilegales, ni del Estado, como de personas físicas o morales. ¿Okey?

Está duro eso…

Duro y curvero, y te digo, nadie puede alegar ignorancia, o ponerse a investigar a ver si es verdad… si le llega el rumor hágalo saber a la autoridad competente que es ella la que está destinada a investigar; de no hacerlo, usted puede caer en una situación delicada.

De manera específica, ¿hay algo que tenga que ver con las autoridades educativas, en cualesquiera de sus niveles y ámbitos?

Por supuesto, déjame decirte que no tengo uno, sino varios artículos que señalan las obligaciones para la preservación de la salud integral de todos ellos, como son los artículos 32, 45, 46, 47, 48, 49 y 50. Estas obligaciones van desde la necesidad de que la familia vele por todo lo dicho anteriormente, como a que se le ofrezca, según manda incluso la Constitución, acceso a una educación integral de calidad, que les permita desarrollar sus potencialidades y capacidades. Quienes tienen la función de dirigir los centros educativos, por ejemplo, tienen muchas obligaciones que cumplir -y si no, que renuncien- desde la más sencilla, su asistencia a clase, que después de dos faltas tienen que dirigirse a las familias o tutores, que de no hacer nada, deben llevar el caso al Consejo Nacional para la Niñez y Adolescencia (CONANI) que son quienes tienen la obligación de actuar en consecuencia. ¡Y esos del CONANI que se pongan las pilas! Pero también, deben contar con un régimen disciplinario que esté acorde conmigo, que soy la Ley principal de protección de ellos, que sea claro y conocido por todo el mundo en la escuela y la familia. ¡Nadie puede hacerse el loco y venir con aquello de que no sabía! Importante es que todos esos niños, niñas y adolescentes deben ser tratados con respeto y dignidad por parte de sus educadores. -Y usted señor o señora directora- tiene la obligación de estar atento a ello, como incluso es responsabilidad especial de los departamentos de Orientación y Sicología y Protección Escolar, tanto el de la Sede Central como el de las regionales, distritos y centros educativos. Todos ellos tienen que hacer todo lo necesario para hacer efectiva la protección de los derechos que le confiere la ley a todos ellos.[2]

¿Y quién asegura que todo esto se cumpla?

Ésa es otra historia, lo que sí es cierto que tienen que crearse todos los mecanismos legales y sociales para que eso sea posible. Para eso son importantes los reglamentos que sirven para la aplicación de la ley. Tu debes saber que en la gestión de los procesos legales intervienen unos sujetos complejos muy especiales y que a veces no miden circunstancias… por casualidad viste aquella película “El abogado del diablo”, si no, te la recomiendo. Pero prefiero, por ahora, no decir nada más.

Sabe usted que hay algo que me preocupa y que no lo encuentro cuando la leo, y es aquello que tiene que ver con los muchachos y la prensa, y más todavía, las redes sociales. No obstante, me puse a indagar y me encontré con un interesante documento avalado por UNICEF Panamá, donde se hacen reflexiones y recomendaciones al respecto. Por ejemplo, la necesidad de que la cobertura noticiosa sobre temas de niñez y adolescencia se haga desde un enfoque positivo y constructivo, que permita la comprensión de la realidad que estos viven para que, de esa manera, se contribuya a lograr cambios positivos en la vida de ellos. Se señalan mecanismos que puedan preservar la integridad y la honra de niños, niñas y adolescentes que están involucrados en hechos noticiosos, no incluyendo su nombre, su imagen, de tal manera que no puedan ser identificados. En esto juegan un rol importante periodistas, fotógrafos y editores.[3] El rating y la venta noticiosa nunca podrá estar por encima de los derechos consagrados en ellos. Por supuesto, esto no significa que se oculte ninguna información, pero es posible analizar e informar sobre los hechos sin necesidad de objetivarlos en la persona de los niños, niñas y adolescentes, como ocurre con tanta frecuencia.

Todo luce que los códigos deben ser desempolvados y empleados a fondo, me temo que se están traspasando límites que a todas luces violan los principios fundamentales de protección de los niños, niñas y adolescentes. Quizás también deberían activarse los comités de ética, sobre todo, en las escuelas, haciendo que toda la comunidad educativa, sobre todo el personal docente y administrativo tenga plena conciencia de su función bajo principios éticos, e incluso, morales. Quizás todo el personal de la escuela debería firmar un documento que especifique todo esto y, sobre todo, a qué se arriesga de violarlos.

Ojalá que la sensatez, pero sobre todo la justicia, prevalezca por encima de todo. ¡Y por Dios, que pare esta ola de violencia y abuso contra tantas mujeres y adolescentes en nuestras escuelas y en la sociedad en general!

[1] Principio VI

[2] Recuperado en Ley 135-06. (oas.org)

[3] Recuperado en Niñez en los medios de comunicación.pdf (unicef.org)

Fuente: acento.com.do

Enamórate de la naturaleza: ¡Protégela!

 

Yvonne Arias. 
MSc. Directora Ejecutiva Grupo Jaragua

La naturaleza provee todo lo que los seres vivos necesitamos para vivir. Son sus bienes y servicios ambientales fundamentales los que ofrecen la oportunidad de que nos mantengamos vivos y disfrutemos de bienestar.

La garantía de que tengamos una calidad de vida adecuada depende de qué tan sana se encuentre nuestra madre tierra. Podemos citar la disponibilidad y acceso a aire puro, agua potable, alimentos sanos, materia prima, energía renovable, espacios idóneos para el disfrute y oportunidad de aprendizaje e investigación, entre muchos otros.

Los beneficios de la naturaleza pueden ser tangibles, que es cuando podemos tocarlos y percibirlos, de manera clara y precisa, la calidad y cantidad de esos bienes o productos ambientales, puede ser medida e incluso valorada. Son intangibles cuando no pueden ser tocados, y son difíciles de cuantificar y valorar. Para no dañarlos o alterarlos merecen extraordinario respeto.

La frase Sólo podemos amar aquello que conocemos y sólo podemos proteger aquello que amamos” parece simple, pero su significado debería ser analizado, difundido y asumido de manera cotidiana. Mientras tanto es esperanzador pensar que, precisamente porque no conocemos la cantidad y/o el valor de un servicio ambiental, deberíamos ser respetuosos, ya sea por ética, compasión o cualquier principio, valor o sentimiento.

Los servicios ambientales han existido siempre y cuando un país es consciente de su importancia los estudia y valoriza. Toma en cuenta la generación de oxígeno, la regulación del clima, la reducción del impacto de los gases de efecto invernadero, la captación y filtración del agua, la protección de la biodiversidad, el refugio de vida silvestre, la retención de suelo, la belleza escénica, entre otros.

Para lograrlo nuestras acciones cuentan

Los grandes problemas ambientales como el calentamiento global, la crisis de la biodiversidad, la desertificación y sequía, el daño que causan las especies invasoras, entre otros, afectan nuestra calidad de vida. Por esta razón, ante tan grandes retos, tenemos una gran responsabilidad. La disminución (y la calidad) de los alimentos, de la disponibilidad de agua limpia, la merma en la regulación de las enfermedades y el aumento de problemas causados por el calentamiento global deberían ser suficientes ejemplos para que contribuyamos a proteger la naturaleza.

Los malos hábitos de consumo (alimentos, producción y manejo de residuos, uso de energía proveniente de combustibles fósiles, transporte excesivo e inadecuado, entre otros) afectan severamente la calidad de nuestro ambiente, contribuyen a su deterioro y afectan nuestra calidad de vida.

La conciencia ambiental es una filosofía de vida que se preocupa por el medio ambiente, lo protege para conservarlo y garantizar el equilibrio ecológico. Solo con echar un vistazo al ambiente que nos rodea será suficiente para darnos cuenta de la crisis.

Entender la importancia del medio ambiente y la situación en la que se encuentra actualmente es el inicio para motivar la toma de acción frente al cambio climático y a la pérdida de la biodiversidad. Sus impactos son cada vez mayores y las consecuencias cada vez peores. Ambas situaciones afectan directamente a la niñez y a la juventud, sobre todo en los estados insulares pequeños y en desarrollo, como es La Española.

Opinar y actuar es camino

El futuro que queremos tiene que ser construido sobre la base del conocimiento, la educación y la sensibilización a las generaciones actuales. La orientación debe provenir de personas adultas conscientes, que, aunque no sean éstas las únicas responsables de esta debacle, son idóneas para encaminarles hacia el éxito y lograr que se conviertan en multiplicadores, tanto de su generación, como de personas adultas. Aunque según especialistas en conducta humana, cambiar patrones en personas adultas no es una tarea fácil y el esfuerzo tendría que ser mayor para superar esta crisis ambiental que hemos provocado.

Definitivamente la niñez, la adolescencia y la juventud, son la esperanza para tener un mejor planeta en que se pueda vivir con armonía y equidad. Tienen energía, curiosidad, acceso a tecnología, disponen de mucha información y están ávidos de comunicarse, a través de las redes sociales y otros medios. Como son quienes sufrirán los impactos negativos de la crisis ambiental, sus acciones e involucramiento a favor de la naturaleza son imprescindibles para lograr un equilibrio que impacte de manera significativa una mejor calidad de vida.

Un ejemplo excelente a seguir es la joven Greta Thunberg que en 2018 (con 16 años), desató un movimiento mundial de niños/as en edad escolar, para exigir mayores medidas de los gobiernos para luchar contra el cambio climático. Su preocupación por los problemas ambientales tiene un alcance que desborda las fronteras de Suecia, su país natal, y alcanza el nivel global. El 17 de enero 2023 esta valiente joven fue detenida en Alemania durante una protesta frente a una mina de carbón.

Actualmente jóvenes participan activamente en las Conferencias de las Partes (COP) sobre la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y la Convención de Diversidad Biológica, entre otras cumbres, donde se reúnen los países miembros a revisar los avances y a tomar decisiones sobre cómo resolver o manejar la crisis ambiental.

Para que los problemas ambientales sean resueltos o al menos manejados, es imprescindible identificarlos. Podemos empezar por nuestro entorno con la participación de toda la comunidad educativa y el liderazgo de docentes y estudiantes. La manera más lógica es utilizar el método científico, que incluye observación, planteamiento del problema, hipótesis, diseño experimental, experimentación, análisis de resultados, conclusiones e informe. Luego de concluido este proceso se plantean posibles soluciones, se elabora un plan de acción que incluya con objetivos, actividades, fechas, responsables e indicadores (físico, químico, biológico, social o económico, que permiten evaluar la información que se tiene en un tiempo) que puede ser cuantitativos (parámetros) o cualitativos (observaciones y percepciones). Estos son importantes para evaluar la eficacia de las intervenciones y tomar decisiones por lo que deben ser de calidad y fiables, ser manejados y comprendidos con facilidad, puedan ser cambiados y ser específicos, con el objetivo de que o se den diferentes interpretaciones.

Para empezar a actuar es importante tener en cuenta que vivimos en una isla singular, rica en recursos naturales, habitada por una alta población humana con serias carencias materiales, muchas limitaciones educativas y una demanda cada vez mayor de recursos naturales.

Las dos naciones que la comparten, La Española, están expuestas a los efectos producidos por el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad (que implica la disminución del acervo biológico y genético), la deforestación, los incendios forestales, la cacería y pesca indiscriminadas, el comercio ilegal de especies en peligro y los impactos negativos de las especies invasoras, entre otros.

Ante una realidad tan compleja es necesario plantear nuevos esquemas de gobernanza democrática, con enfoque de política integral, que garantice el bienestar humano y logre un equilibrio entre nuestro entorno ambiental y el desarrollo socioeconómico. Para avanzar es fundamental el involucramiento de la ciudadanía en la toma de decisiones, bajo principios de representatividad, diversidad, participación efectiva en la toma de decisiones, transparencia y rendición de cuentas, entre otros.

¡Siempre vale la pena involucrarnos, es nuestra responsabilidad reparar o remediar el daño, para el propio bien, el de la familia y la comunidad! 

(+) Apoyo

Auspician:

Ministerio de Educación, Propagas, Fundación Propagas.

Con la colaboración de la Fundación Popular, Autoridad Nacional de Asuntos Marítimos (Anamar), Instituto Panamericano de Geografía e Historia, Instituto Geográfico Nacional José Joaquín Hungría Morell, Defensor del Pueblo, Grupo Ramos, Grupo Jaragua, Consejo Nacional para el Cambio Climático y Mecanismo de Desarrollo Limpio, Instituto Nacional de Formación y Capacitación del Magisterio (Inafocam), Junta Central Electoral (JCE), Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, EducaSID, Asociación Cibao de Ahorros y Préstamos y la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode).

Proteger la salud mental desde los centros educativos

Los centros educativos tienen una importante labor en la prevención de problemas de salud mental, ya que son un espacio central de aprendizaje y desarrollo en la infancia y adolescencia. Se trata de un entorno en el que las niñas, niños y adolescentes pasan muchas horas y donde todo aquello que sucede impacta en su autoestima, creencias, hábitos, relación con los demás, proyectos de futuro, etc. Impulsar actuaciones que fortalezcan estos aspectos de forma saludable, supone consolidar los factores de protección de la salud del alumnado.

Si trabajas en el entorno educativo y te preguntas qué cosas se pueden hacer para promover una buena salud emocional de los alumnos y alumnas y prevenir así un trastorno de salud mental, revisamos algunas pautas básicas de una buena estrategia de prevención.

REFLEXIONAR SOBRE LAS PROPIAS CREENCIAS

Está demostrado que el alumnado aprende mucho más de todo aquello que vive, que de aquello que se les explica. Como docentes acompañamos a decenas de estudiantes a lo largo de nuestro ejercicio profesional y resultamos, inevitablemente, referentes para ellos y ellas. Asumir esta responsabilidad requiere de un ejercicio de reflexión imprescindible en relación con nuestras creencias sobre el éxito, la salud, el género y la diversidad, nuestras estrategias para resolver determinadas situaciones, nuestra manera de comunicarnos y la relación que tenemos con nuestro cuerpo y nuestra persona. Todo aquello que deseemos enseñar a nuestro alumnado tomará mucha más consistencia si se acompaña en coherencia con nuestra manera de mostrarnos ante ellos y ellas.

DESARROLLAR UN PLAN DE CONVIVENCIA DE CENTRO

Durante la infancia y la adolescencia el colegio y el instituto son espacios de vida centrales. Estar a gusto en el centro educativo y sentir pertenencia a la comunidad, es primordial para el bienestar emocional, aspecto que influye directamente en la autoestima, el aprendizaje y las relaciones sociales. Prácticas como las asambleas, las tutorías, los círculos restaurativos o la mediación entre iguales son algunas de las opciones que pueden ponerse en práctica para fortalecer vínculos, impulsar la expresión y gestión emocional, así como adquirir estrategias para resolver conflictos. Es muy importante que el alumnado considere el centro educativo como un espacio seguro, donde las relaciones se desarrollan en un clima de respeto y de tolerancia cero ante cualquier tipo de violencia. De este modo, favorecemos que sientan la tranquilidad y confianza que, ante una situación compleja, disponen de estrategias personales y van a encontrar apoyo tanto por parte de su grupo de iguales como del profesorado.

PROMOVER HÁBITOS SALUDABLES

Partir de una visión amplia del concepto salud nos ayuda a promover tanto el bienestar físico como el emocional. Establecer relaciones de respeto con uno mismo y con los demás, dedicar tiempo a nuestras aficiones, amistades y familiadescansar o identificar y gestionar nuestras emociones son algunos ejemplos de hábitos que cuidan de nuestra salud, tanto como mantener una alimentación equilibradahacer actividad física o evitar el consumo de tabaco, alcohol y otras substancias. La sociedad en la que vivimos presenta la delgadez y la tonificación corporal como ideal universal de salud, así que es muy importante prestar atención, desde todos los ámbitos de currículum, en no reforzar esta creencia para no fomentar actitudes poco saludables que puedan acabar desembocando en un trastorno de la conducta alimentaria.

IMPULSAR LA DIVERSIDAD DE POTENCIALIDADES

Dar valor positivo a las potencialidades de cada alumna y alumno amplía el abanico de espejos en los cuales la persona se refleja positivamente. Considerar esta diversidad como algo enriquecedor para el conjunto del alumnado refuerza el respeto hacia uno mismo y hacia los demás. Si limitamos los valores positivos que puede tener una persona, a aquellos pocos preestablecidos socialmente, se pueden generar expectativas y comparaciones que resulten fuente de estrés, preocupación o frustración. Estimular las potencialidades de cada alumna y alumno sin perseguir la excelencia y garantizando el disfrute en el aprendizaje y en las relaciones interpersonales, es un factor protector para regular el perfeccionismo y los niveles de exigencia poco saludables.

AMPLIAR LA FORMACIÓN DEL PROFESORADO EN RELACIÓN CON LA SALUD MENTAL

Las y los docentes desempeñan una función esencial en la prevención y detección de señales de alerta ante una situación de vulnerabilidad o riesgo entre el alumnado. La precocidad en la detección de estas señales es clave, pero ¿Cómo van a colaborar en la importante tarea de la detección si no reciben formación sobre aquello que deben identificar? Es imprescindible poner a su disposición los conocimientos, el tiempo y los recursos necesarios para poder prestar atención a cambios sutiles, observables desde la escuela, que puedan aparecer entre el alumnado ante situaciones vitales estresantes, experiencias adversas o por factores personales como la baja tolerancia a la frustración, la tendencia al perfeccionismo o a la autoexigencia, por ejemplo.

EMPLEAR MATERIAL DIDÁCTICO EN EL CUAL LA DIVERSIDAD ESTÉ POSITIVAMENTE REPRESENTADA

Es muy importante revisar el material que ofrecemos al alumnado, ya sean libros, películas, juguetes o dosieres. Es fundamental que en ellos se represente de forma respetuosa y valiosa la diversidad corporal, funcional, de identidad y orientación sexual, cultural, etc., así como evitar aquellos que refuerzan los estereotipos de género establecidos que modelan de forma muy limitante y encorsetada al conjunto del alumnado y son fuente de presiones que pueden generan malestar e insatisfacción.  Es muy necesario aportar referentes inspiradores.

FOMENTAR UNA GESTIÓN DEL TIEMPO SALUDABLE

Es muy relevante poder observar el horario de nuestras alumnas y alumnos con un poco de distancia para poder asegurarnos de que disponen de una organización que les aporta bienestar. Fomentar la importancia de reservar espacios para sus aficiones, amistades y familia, es tan importante como disponer de tiempo para estudiar o hacer deberes. Es recomendable evitar cargas muy exigentes y estresantes.

POTENCIAR EL ESPÍRITU CRÍTICO

Hace tiempo que sabemos que las nuevas tecnologías y las redes sociales están transformando la manera como nos relacionamos con nuestro entorno y con nosotros mismos, así como el aprendizaje o el acceso a la información.  Estimular el espíritu crítico y uso responsable de estos dispositivos y plataformas es fundamental para gestionarlas con seguridad. Para ello es imprescindible acompañar a nuestro alumnado en la adquisición de estrategias para seleccionar, contrastar y filtrar la información, así como recursos para gestionar la comunicación interpersonal.

Fuente: www.som360.org

Cómo protegen las vacunas a las personas y las comunidades?

Las vacunas adiestran y preparan las defensas naturales del organismo, el sistema inmunitario, para que reconozcan y combatan virus y bacterias. Si después de la vacunación el organismo se viera expuesto a esos agentes patógenos, estaría preparado para destruirlos rápidamente y, de ese modo, evitaría la enfermedad

Cuando una persona se vacuna contra una enfermedad, su riesgo de infección también se reduce, por lo que es mucho menos probable que transmita el virus o la bacteria a otras personas. Cuantas más personas de una comunidad se vacunen habrá menos personas vulnerables, y de ese modo se reducirán las probabilidades de que una persona infectada transmita el agente patógeno a otros. La reducción de las probabilidades de circulación de un agente patógeno en la comunidad protege de la enfermedad a quienes no se se les puede aplicar la vacuna correspondiente (debido a situaciones clínicas tales como alergias o la edad)

El término «inmunidad colectiva» (también llamada «inmunidad de grupo») se refiere a la protección indirecta contra una enfermedad infecciosa que se consigue cuando una población se vuelve inmune, ya sea como resultado de la vacunación o de haber presentado la infección con anterioridad. La inmunidad colectiva no implica que las propias personas que no estén vacunadas o que no hayan presentado la infección sean inmunes. Por el contrario, la inmunidad colectiva ocurre cuando las personas que no son inmunes pero viven en una comunidad en la que la proporción de inmunidad es alta tienen un menor riesgo de contraer una enfermedad en comparación con las personas que no son inmunes y viven en una comunidad en la que la proporción de inmunidad es baja

En las comunidades en las que la proporción de inmunidad es alta, las personas que no son inmunes tienen un menor riesgo de contraer la enfermedad en comparación con el riesgo que normalmente tendrían, pero esa reducción del riesgo deriva de la inmunidad de las personas de la comunidad en la que viven (es decir, la inmunidad colectiva) no del hecho de que ellas sean inmunes. Incluso después de que la inmunidad de grupo se alcance por primera vez y se observe que las personas que no están vacunadas tienen un menor riesgo de padecer la enfermedad, es posible disminuir aún más el riesgo si se aumenta la cobertura de vacunación. En los casos en los que la cobertura vacunal es muy amplia, es posible que las personas que no son inmunes lleguen a tener un riesgo de contraer la enfermedad parecido al de aquellos que son verdaderamente inmunes

Inmunidad colectiva

Cuando una persona está vacunada contra una enfermedad, es muy probable que esté protegida contra esa enfermedad. Ahora bien, no todas las personas se pueden vacunar. Algunas, con enfermedades preexistentes que debilitan sus sistemas inmunitarios (por ejemplo, cáncer o VIH) o las que tienen alergias graves a algunos componentes de las vacunas, tal vez no puedan recibir determinadas vacunas. Esas personas pueden estar protegidas si viven entre otras personas que sí estén vacunadas. Cuando muchas personas de una comunidad están vacunadas, la circulación del patógeno es difícil porque la mayoría de las personas están inmunizadas.  Por lo tanto, cuanto más personas estén vacunadas, menos probable será que una persona que no puede protegerse con vacunas corra el riesgo de verse expuesta a patógenos. Esto se denomina inmunidad colectiva

Esto es especialmente importante no solo para las personas que no pueden vacunarse, sino también para las que pueden ser más susceptibles a las enfermedades contra las que vacunamos. Ninguna vacuna proporciona por sí sola una protección del 100%, y la inmunidad colectiva no ofrece protección total a quienes no pueden vacunarse con seguridad. No obstante, la inmunidad colectiva ofrece a esas personas un grado sustancial de protección, gracias a que las personas de su entorno están vacunadas

La vacunación no solo lo protege a usted, sino también a las personas de la comunidad que no se pueden vacunar. Si usted puede vacunarse, hágalo

 

 

 

Fuente: https://www.crp.com.pe/folleto/como-protegen-las-vacunas-a-las-personas-y-las-comunidades/

 

 

5 principios para enseñar a los niños a proteger su cuerpo


Entre las diferentes medidas que podemos adoptar dentro de la familia para prevenir el abuso infantil está el enseñar a los niños el valor de su cuerpo. El significado que el niño desarrolla sobre su propio cuerpo depende en gran medida de lo que nosotros le enseñemos sobre el mismo.

No se protege lo que no se valora. Si le enseñamos al niño que su cuerpo no es importante, el niño aprenderá que otros pueden decidir y actuar sobre su cuerpo; favoreciendo que sea más vulnerable al momento de reconocer y afrontar una situación de riesgo.

 

La vida cotidiana se puede volver el escenario idóneo para enseñar a los niños a dignificar, significar y trazar los límites de su cuerpo. Aquí comparto algunos principios para enseñar a los chicos el valor y la protección de sus cuerpos. Éstos los he construido en base a mi experiencia en la atención a niños, niñas y adolescentes.

 

1.- Reconocer las partes y el funcionamiento del cuerpo

La educación sexual empieza por el reconocimiento del cuerpo, de sus formas, sus partes y sus funciones. Desde temprana edad el niño comienza a conocer su cuerpo y el de los otros, compara y hace preguntas. Aquí es importante hablar con naturalidad, enseñando el nombre correcto de las partes del cuerpo. Así como le decimos al niño «este es tu brazo», debemos decir «este es tu pene» o «esta es tu vagina». Igualmente, le debemos permitir al niño expresar su curiosidad sobre el cuerpo y la sexualidad, adecuando la información que le proporcionemos a sus inquietudes, capacidad de comprensión y edad. En general, el niño merece saber que su cuerpo es fabuloso, pues a través de él se experimenta a sí mismo y al mundo. El cuerpo es el contenedor de la vida, allí reside su valor.

2.- Independencia en la higiene y el autocuidado

Si el cuerpo es vida, debe ser cuidado. El bañarse, limpiarse cuando se va al baño, cepillarse los dientes, alimentarse, protegerse del frío o de los rayos del sol son maneras de cuidar el cuerpo. Un error frecuente que comenten los padres es no permitirle a los niños cuidarse por sí mismos, haciéndolos dependientes del cuidado de los adultos. En la medida que el niño crece va desarrollando habilidades que le permiten valerse por sí mismo. Nuestra labor es permitirle desplegar sus habilidades y entrenarlos en el uso de las mismas. Un niño debe aprender progresivamente a bañarse, vestirse y limpiarse. Esto evita que personas conocidas o desconocidas tengan acceso a su cuerpo. Mientras más independiente es el niño en el cuidado de su cuerpo más protegido estará de contactos abusivos.

3.- Crear conciencia de lo íntimo y lo privado

El cuerpo está involucrado en acciones que pueden ser públicas o privadas. Enseñarle al niño sobre la privacidad del cuerpo le ayuda a desarrollar un sentido de intimidad y respeto por sí mismo. El niño debe saber que hay acciones que pertenecen al mundo de lo privado, que son individuales y que pueden participar otros sólo si tienen nuestro consentimiento. Y así como hay acciones privadas (cambiarse de ropa) hay espacios privados (el baño) donde las podemos emprender. Del mismo modo, debemos enseñar a los niños que las personas debemos respetar entre sí nuestras acciones privadas y nuestros espacios privados. Muchos niños reciben mensajes confusos sobre este tema. Puesto que por ser niños, los adultos suelen saltarse esto de la privacidad y son capaces de abrir la puerta del cuarto mientras el niño se cambia, entrar al baño sin avisar mientras el niño se baña o suelen cambiar de ropa al niño frente a otras personas. Lo privado es válido tanto para adultos como para niños. El niño debe saber que los demás deben respetar sus espacios y acciones íntimas.

4.- Saber identificar sensaciones agradables y desagradables

El cuerpo nos dota de sensaciones agradables y desagradables. El sabor de un helado o el dolor de un rasguño son sensaciones que experimentamos a través del cuerpo. Estas sensaciones son señales que nos permiten determinar qué nos gusta o nos disgusta, qué nos resulta cómodo e incómodo. La vida cotidiana está llena de oportunidades para enseñar a los niños a identificar lo que es agradable o desagradable para ellos: un abrazo fuerte, las cosquillas, un beso ruidoso, la lamida de un perro, el contacto con el sudor de otro… Al hablar con ellos sobre sus sensaciones y ayudarles a reconocer qué los hace sentir agradados, respetando sus opiniones y demandas, les estamos brindando herramientas para detectar acciones abusivas por parte de otras personas. El niño debe saber que nadie puede obligarlo a experimentar sensaciones desagradables o incómodas.

5.- Derecho a decir NO

El niño debe saber que tiene derecho a decir «no», en cualquier momento y a cualquier persona. Puede decir «NO» si alguien desea abrazarle, besarle, tocarle o mirarle. El asunto no es enseñar a los niños a ser maleducados, como suelen pensar algunas personas. Es enseñarles a defender su cuerpo y a decidir quién puede tener acceso al mismo. El alentar a los niños a decir «no» es una forma de empoderarlos, de enseñarles que su cuerpo les pertenece y que pueden exigir respeto de los otros. Es frecuente ver cómo muchos padres obligan a los niños a dar besos y abrazos a familiares o desconocidos. Si el niño no quiere o en ese momento no le apetece no podemos obligarlo. Si lo obligamos le enseñamos que está bien acceder a los deseos del otro aunque eso nos cause malestar o incomodidad; le enseñamos que lo importante no es lo que nosotros sentimos sino lo que sienten o piensan los demás. Podemos pedir a los niños ser respetuosos con las personas, pero no podemos pedirles que den demostraciones de cariño si no lo desean. El niño también debe saber que puede pedir ayuda si una persona insiste en que dé o reciba besos, abrazos o caricias a pesar de haber dicho que no quería. Si el niño siente que puede decir «no» a cualquier persona y en cualquier momento no temerá hacerlo en una situación potencialmente abusiva.

 

No se puede garantizar que un niño esté libre de recibir algún tipo de abuso, pero sí podemos empoderarlo para que sepa distinguir una situación riesgosa y sepa pedir ayuda. La clave de toda prevención es crear un ambiente de confianza y comunicación que invite al niño expresar sus dudas, inquietudes y experiencias. Parte de esta prevención es que el niño aprenda a querer, cuidar y defender su cuerpo porque es suyo y de nadie más.

 

 

Fuente:https://anaisbarrios.wordpress.com/2014/11/19/5-principios-para-ensenar-a-los-ninos-a-proteger-su-cuerpo/

Juventud y factores de riesgos y protección (Parte II)

En el mundo de hoy, las redes sociales deberán ser tratadas de manera muy especial, pues estas desbordan los contextos concretos en los que se desenvuelven los adolescentes y jóvenes.

Por Julio Leonardo Valeirón Ureña

Empecemos reafirmando la importancia de estudiar y comprender al joven en el contexto actual. En términos cuantitativo, si asumimos el valor de estimación al 2022 que ofrece la Oficina Nacional de Estadística para la población en general y los menores de 25 años sin incluir estos últimos[1], estos serían el 44.3% del total de la población, es decir, estaríamos hablando de 4,708,407 personas jóvenes. Y si quisiéramos en este tramo etario (de la juventud), por aquello del crecimiento de la esperanza de vida en República Dominicana, considerar a quienes se sitúan por debajo de los 30 años, este número nos llevaría al 52.5% de la población total, es decir, más de 5 millones de personas en nuestro país, tiene veintinueve años y menos. Efectivamente, somos un país mayoritariamente de personas jóvenes.

En la psicología se han propuesto diversas teorías desde perspectivas distintas para estudiar el proceso de desarrollo y, con ello, los factores que contribuirían con las características del mismo. Papalia, Wendkos y Duskin[2] identifican cinco perspectivas y unas nueve teorías y todo ello por lo supuestos desde los cuales se parte respecto a cuáles son los mecanismos que permiten comprender los cambios en dicho proceso, si son principalmente de naturaleza biológica, o del entorno o de los contextos socioculturales, e incluso, ecológicos. Cada vez más la propia ciencia del comportamiento le da mayor peso en el desarrollo de las personas a la relación entre las características propias y los factores del contexto. Sin embargo, esta relación debe ser comprendida en su dimensión dialéctica, debido a que los sujetos con su obrar generan cambios en sus contextos que también influirán en su persona, es decir, se auto influyen y autodeterminan, al mismo tiempo.

De esto último se desprende que como ser vivo y activo para comprender al joven debemos adoptar una mirada multidisciplinaria que considere los diversos factores que van conformando y estructurando su desarrollo y situación.

En el importante libro Adolescencia y Juventud en América Latina, bajo la compilación de Solum Donas Burak[3] se señala desde el mismo primer párrafo una advertencia que considero saludable y se trata del riesgo que se corre de estudiar el mundo de la adolescencia y la  juventud desde el mundo de los adultos: “Mirar a los adolescentes y jóvenes desde el mundo adulto, implica correr el riesgo de equivocarse o malinterpretar signos y símbolos cuyos significados cambian (y han cambiado), por los acontecimientos históricos y sociales que llenan las distancias entre “nuestra juventud” y la época actual”.

Es por esa razón que generalmente me abstengo de decir que las épocas pasadas fueron mejores que las actuales, y prefiero asumir que las épocas y los contextos, como los jóvenes mismos, fueron y son diferentes. Con características, necesidades y situaciones distintas. Por supuesto, también el reconocimiento de que los “referentes”, en sentido general, fueron distintos. Un aspecto que se ha estudiado de una época a otra y de un contexto social de país y otro, son los diferentes ambientes de socialización de adolescentes y jóvenes. En los años sesenta, por ejemplo, la identidad barrial era una cuestión de importancia a tal grado, que los jóvenes nos veíamos en la obligación de supuestamente proteger al barrio y a las jóvenes, de muchachos “enamorados” procedentes de otros barrios, con los cuales muchas veces teníamos conflictos inter-barriales. Ese fenómeno hoy día no existe. Aunque al igual que ahora existían los bares, en aquel entonces a dichos lugares asistían solo las personas adultas, principalmente los hombres. Una mujer en un bar no era vista con “ojos santos”. En el día de hoy los bares son espacios de diversión y socialización de jóvenes de ambos sexos. Es más, personalmente he ido a algunos acompañando a mis hijos, y no puedo negar que me he sentido “fuera de lugar”. Aquellos años, luego de la II Guerra Mundial, la guerra de Vietnam entre otros fenómenos sociales, era la época de los llamados “proyectos sociales”, a los que algunos jóvenes de entonces se suscribían y hasta ofrendaron sus vidas por ellos. En nuestra época, no solo que dichos proyectos ya no atraen a los jóvenes, sino que estos están principalmente atados a la búsqueda de su “bienestar personal” y a cómo de lugar. Resulta interesante, en ese sentido, que las razones que nos movían entonces siguen siendo hoy problemas muy serios, como la pobreza, la desigualdad social, la exclusión, etc.

Ahora bien, en los procesos del desarrollo humano hay tres ámbitos importantes que se pueden identificar: biológico, cognitivo y socioafectivo. Mientras el primero tiene que ver con el desarrollo corporal y la maduración biológica, el segundo se sitúa en el ámbito del pensamiento y las capacidades y competencias intelectuales, y el tercero, un ámbito muy basto del desarrollo de las emociones. No se puede negar que todos estos procesos y factores estarán “condicionados” por las realidades sociales y económicas en que viven los sujetos, aunque no necesariamente, los determinan total y completamente. Ya hemos señalado en ensayos anteriores que en la última prueba internacional PISA, que organiza la Organización de Comercio y Desarrollo Económico (OCDE), un porcentaje relativamente alto de estudiantes de nuestro país y situados en el quintil más pobre (12%), presentaron resultados por encima de los del quintil más rico. A esos jóvenes estudiantes de 15 a 16 años, el informe internacional los caracteriza como “jóvenes resilientes”. Estos resultados no eran esperados puesto que el factor que “mejor” explica los logros de aprendizaje de los estudiantes, en muchos estudios realizados, es el socioeconómico.

Ahora bien, y como es lógico de esperar, los jóvenes se mueven entre factores de riesgos y factores de protección, que van a incidir en sus vidas. Como bien señala Josep Carnellá i Canals[4], “los riesgos no están aislados del contexto social, sino que se interrelacionan con una compleja red de factores e intereses sociales, culturales, económicos y ambientales”. Y son “aquellos elementos que tienen una gran posibilidad de desencadenar o asociarse al desencadenamiento de algún hecho indeseable, o de una mayor posibilidad de enfermar o morir”.  Por supuesto, las conductas de riesgo pueden comprometer el desarrollo psicosocial normal de los adolescentes y jóvenes. Los factores de protección, señala el autor referido, “pueden ser inherentes a las características personales del individuo, a las características de su entorno familiar, o a las características de los sistemas de apoyo social”.

Por supuesto, la realidad concreta del o la adolescente, como de la persona joven no se mueve entre uno u otro mundo de estos factores, sino que son procesos complejos que se sobreponen y se interrelacionan. Además, y este es un tema de gran importancia para el desarrollo de los adolescentes y jóvenes, es que tiene que ver con las características de los grupos en los cuales ellos se socializan, vale decir, los grupos de pertenencia y de referencia, siendo el primero principalmente la familia, y el segundo, el o los grupos de amigos. Y, en el mundo de hoy, las redes sociales deberán ser tratadas de manera muy especial, pues estas desbordan los contextos concretos en los que se desenvuelven los adolescentes y jóvenes. Estas últimas consideraciones nos permitirá dar un paso más, en una futura entrega, para situar la realidad de los adolescentes y jóvenes.

[1] Recuperado en cuadro-estimaciones-y-proyecciones-población-total-por-año-según-sexo-edad-2000-2030.xlsx (live.com)

[2] Papalia, D., Wendkos, S. y Duskin, F. 2001. Psicología del Desarrollo. McGraw Hill, 8va edición. Colombia.

[3] Donas Burak, S. (2001). Adolescencia y juventud en América Latina. Libro Universitario Regional. Asociación Universitaria de América Latina y el Caribe (EULAC) y la Agencia de Cooperación Técnica Alemana (GTZ). Costa Rica.

[4] Recuperado en Revista47-5.pdf (injuve.es)

Cómo evitar el abuso de menores, el secuestro y el maltrato

DEJA de dejar a tus hijos con los novios que apenas conoces.
DEJA de dejar que cada miembro de la familia los cuide porque es gratis.
El abuso de menores, la violación, el secuestro, el maltrato, etcétera, es real y es una herida que nunca sanará.

•Los niños NO deben ir a la tienda solos.
•Los niños NO se quedan en el auto en lo que bajas rápido a comprar algo (aunque este cerquita)
•Los niños NO se deben acostumbrar a andar con cualquier persona.
•Los niños NO deben salir a jugar sin supervisión.
•El hermano mayor NO debe cuidar a sus hermanitos. No es su responsabilidad.
•Los niños NO deben estar en un ambiente dónde se consuma alcohol (aunque esté tranquilo) NUNCA.
•Los niños NO deben estar cerca de personas inestables o con malas costumbres.
•Los niños NO deben dormir en una y otra y otra casa.
•Los niños NO deben convivir con todos los amigos de papá o mamá, no es necesario; no todos son buenas personas.
•Ellos NO tienen la decisión en sus manos.
•Ellos NO saben de peligro.
•Ellos NO saben de maldad.
•Ellos NO saben de odio.
•Ellos NO saben que existen personas con malas intenciones.
~Los niños SON inocentes, son ingenuos~ ¡Son Niños!~

Nuestra responsabilidad es protegerlos de TODO y de TODOS, aunque no sean nuestros propios hijos.

Los tiempos que ahora viven los niños, nunca serán los mismos de cuando nosotros fuimos pequeños.
“Cuidemos de nuestros niños”

Fuente: @mariaampudiagonzalez

Una nueva adicción entre los adolescentes: entérate y protege a tu hijo

Hay una nueva adicción entre los adolescentes. La manera de vencerla está en los padres, más que en los jóvenes. No dejes que se hunda tu hijo. Lee y actúa a tiempo.

Marta Martínez Aguirre

Gastón tiene trece años y no se siente feliz, en sus propias palabras: “Este mundo es una porquería y nada me hace feliz”. Se pasa horas dándole vueltas a cualquier problema por pequeño que sea. Ha perdido el sentido del humor, vive amargado y se enoja por todo. Es muy autoexigente todo el tiempo.

Si falla en algo no se lo perdona y cada frustración es una fuente de estrés inagotable. Ante cualquier problema se paraliza. No tiene fuerzas para ponerse a estudiar. Vive desesperanzado, nada lo satisface y no tiene metas de ningún tipo. Vive en una tensión constante y con múltiples contracturas musculares.

Tiene una baja tolerancia a la frustración y, si algo lo frustra, se siente triste todo el día. Su vida se ha tornado como un viejo tango, donde el tiempo pasado fue mejor y vivir en el presente es una agonía. Vive encendido, el celular se ha vuelto un miembro más de su cuerpo y su mundo ha dejado de ser real para tornarse virtual.

Sí, Gastón está desmotivado. En él, como con muchos otros adolescentes, la desmotivación se ha tornado una adicción, porque sus familias, para no verlos de ese modo, optan por darles lo que piden a cambio de estar menos tristes o más motivados. El problema es que esto no soluciona las cosas de fondo por lo que, a la larga, terminan nuevamente desmotivados y así el ciclo continúa. ¿Qué les sucede?

Estos adolescentes tienen algunas características en común: carecen de reglas, no tienen límites claros, no tienen responsabilidades y pasan solos mucho tiempo, tienen de todo. Si reconoces a tu hijo en Gastón, por favor sigue leyendo, a continuación te doy algunos consejos para aplicar en tu relación con tu hijo adolescente.

  • Abre el diálogo

A Gastón y a tantos adolescentes les falta conocer su motivación, qué es lo que los hace felices y no limitarse a ver pasar la vida por la puerta de su dormitorio. Es muy importante que tu hijo tenga la necesidad de sentirse satisfecho consigo mismo, sólo de ese modo la motivación se dirigirá hacia algo, ya sea el aprendizaje, el trabajo, los vínculos. Para lograr esto crea un entorno de confianza donde él pueda expresar sin miedo sus sentimientos y emociones. No te apresures a decirle que “esas son ideas disparatadas”. Escucha con empatía y sin prejuicios.

  • “¿Sabes dónde te gustaría verte dentro de unos años?”

Esta pregunta anima a la reflexión, no limites sus respuestas, ni coartes su forma de expresarse, permite que tu hijo exprese lo que tiene dentro de su corazón y te cuente aquello que lo hace vibrar. Anímalo a ponerse metas para lograrlo. Incluso cuando tu hijo tenga un sueño que para ti no es factible, no lo desmotives, ni le desanimes, lo importante es que hay algo por lo cual él se apasiona.

  • “¿Para qué quieres eso que quieres?”

La motivación no se puede imponer pero sí se puede descubrir. Quizás tu hijo no tenga muy claro qué es lo que quiere en un par de años para su vida, pero estoy segura que ante la pregunta ¿para qué quieres eso? en su respuesta demostrará qué es lo que necesita para ser feliz: “Para ayudar a otros”, demuestra mucho de sí y de lo que le da significado a su vida.

  • Ajusta el uso del tiempo y los espacios

En la adolescencia es fundamental que tengan tiempo para socializar, divertirse y distenderse, pero es importante que el permiso para salir fuera de casa, las horas frente al televisor, videos juegos, celular y Tablet sean pautados. Como regla promedio no debe superar las dos horas diarias. Del mismo modo fija normas sobre las salidas en tiempo de clases. Muchas veces la desmotivación surge por tener mucho tiempo libre.

  • Cumple con las consecuencias

En vez de hablar de “castigos”, dile que por no cumplir con las reglas del hogar, o con sus rutinas diarias habrá consecuencias de sus faltas: si no estudió a la mañana, deberá hacerlo luego de almorzar, sin importar si a esa misma hora dan su programa favorito y es el último capítulo; si no ordenó su cuarto el jueves, lo deberá hacer antes que lleguen sus amigos el fin de semana, aunque eso reduzca sus horas para divertirse. Este tipo de acciones generará en tu hijo el deseo de cumplir con sus obligaciones diarias.

  • Muestra interés por su vida

Difícilmente tu hijo se sentirá motivado si tú no estás presente en su vida. Cada día mantente involucrada en sus cosas, sus estudios, nuevas amistades, lugares donde fue y aunque el sueño te venza busca un tiempo para estar a solas con él y hacer algo juntos.

La desmotivación puede hundir a tu hijo, si tú no intervienes a tiempo. Que tu amor por tu hijo y tus ganas de ayudarlo sean el motor para reforzar en él las ganas de darle sentido a su vida.

Fuente: familias.com

Vacunas: Qué son, su importancia y efectos secundarios

Las vacunas son productos biológicos obtenidos a partir de agentes infecciosos o microorganismos que pueden producir enfermedades (bacterias o virus).

¿Qué es una vacuna?

Un producto compuesto por gérmenes vivos pero atenuados (debilitados), muertos, o por algunas partes de ellos. Además, pueden contener otros componentes químicos o biológicos que faciliten su conservación o aumenten su eficacia. En niños sanos no producen enfermedad, sino que estimulan sus defensas naturales para protegerles de la infección.

Lamentablemente, hay ocasiones en que algunos padres no llevan a vacunar a sus hijos. Esto puede ser por falta de información o por informaciones equivocadas sobre la gravedad de las enfermedades que se pretenden prevenir, sobre la eficacia de las vacunas o por miedo a los efectos secundarios de las vacunas.

¿Para qué sirve la vacunación?

La vacunación sirve para proteger eficazmente frente a muchas enfermedades contagiosas potencialmente graves o incluso mortales y proteger también en parte a quienes conviven con ellos y no están vacunados. La viruela es un buen ejemplo, porque actualmente esta enfermedad no existe gracias a las vacunas, por lo que ya no es preciso seguir vacunándose contra ella. 

¿Qué hacer en caso de fiebre tras una vacuna?

En general, las reacciones adversas a las vacunas son menores, tomando en cuenta los beneficios de protección de graves enfermedades. Dentro de las medidas a tomar para el manejo de las reacciones adversas más frecuentes están:

  • Manejo de fiebre con uso de analgésicos- antipiréticos como paracetamol si es mayor a 39.
  • Consultar al médico en caso de persistir fiebre por más de 48 hrs y/o existen otros síntomas agregados.

 

Calendario de vacunas en Chile

En nuestro país existe un programa de inmunización gratuita con el siguiente calendario de vacunas, además de la vacuna antiinfluenza en el periodo pre invernal. También contamos con una serie de vacunas extraprograma, cuya indicación es específica y debe ser indicada por el médico tratante.

 

Vacuna Enfermedad que previene Edad de aplicación
BCG
Tuberculosis al nacer
Pentavalente
Difteria, Tétano, Coqueluche, Hepatitis B, infección por Hib 2,4,6 y 18 meses
Polio oral
Poliomielitis 2,4,6 y 18 meses
Anti Neumoco
Neumocócica 2,4 y 12 meses
Tresvírica
Sarampión, Paperas y Rubéola 12 meses y 1° básico
DTP Acelular
Difteria, Tétano y Coqueluche 1° básico

 

Vacunas fuera del programa de vacunación en Chile
Rotavirus:

protege contra el rotavirus, virus con gran incidencia de síndrome diarreico agudo en lactantes. Se recomiendan 2 dosis entre las 6 y 14 semanas de vida, separadas entre ellas por un mínimo de 4 semanas. Esta vacuna se da sólo por orden médica y en los vacunatorios de clínicas privadas, no es posible encontrarla en la farmacia. Si estás interesada en ponérsela a tu bebé, debes consultar primero a tu médico.

Anti Varicela:

Protege contra la varicela o peste cristal. La compra y vacunación se realiza sólo con orden e indicación médica.

Contra la Hepatitis A:

Los principales afectados son los niños entre 12 meses y 14 años. El medicamento se inyecta a partir del año y son dos dosis separadas por seis meses. Esta vacuna dura 20 años. La compra y vacunación se realiza sólo con orden e indicación médica.

Contraindicaciones de las vacunas

Dentro de las contraindicaciones para vacunarse, generalmente transitorias, para evitar reacciones adversas que pueden tener riesgos de salud están:

  • Enfermedad grave en evolución.
  • Fiebre alta.
  • Reacciones alérgicas importantes a algún componente de la vacuna o alguna sustancia en la que fue preparada.
  • Existencia de inmunodeficiencia de cualquier tipo.
  • Tratamiento con drogas inmunosupresoras, corticoides, radioterapia.
  • El componente anti tos convulsiva y por lo mismo la vacuna triple, no debe indicarse en niños mayores de 6 años, casos de enfermedad neurológica en evolución, en epilepsias rebeldes al tratamiento, o si luego de recibir la primera dosis el niño presenta:
  • Encefalopatía en los primeros 7 días.
  • Fiebre mayor de 39,5° C y/o shock dentro de 48 horas después de la administración.
  • Crisis convulsiva dentro de 3 días luego de la vacunación.
  • Está contraindicado el uso de las vacunas contra el Polio y el Rotavirus en niños que están en contacto con pacientes inmunodeprimidos.
Posibles efectos secundarios de las vacunas
BCG
  • Enrojecimiento y aparición de una pústula que puede reventar o no después de 2 a 4 semanas.
  • Puede ir acompañado de salida de líquido o pus.
  • Formación de costra y cicatriz.
  • Fiebre y malestar general.
  • Inflamación de ganglios regionales que pueden aparecer hasta meses o años después (en raros casos).
 Hepatitis B
  • Molestias en zona vacunada, desaparece a los pocos días.
  • Malestar general.
 Hib (Haemophilis influenzae b)
  • Dolor e inflamación local.
  • Fiebre y malestar general.
 Tresvirica
  • Manchas rojas en el abdomen y extremidades una semana después de la vacunación. No son contagiosas ni necesitan tratamiento.
  • Fiebre y síntomas similares a los de un resfrío aproximadamente una semana después de la vacunación y duran un par de días.
  • Leve dolor e hinchazón articular en algunos niños.
 Anti Neumoco
  • Dolor, hinchazón e induración local por 24 a 48 hrs.
  • Fiebre y malestar general.
 Anti Varicela
  • Dolor e hinchazón en la zona vacunada hasta por 2 semanas.
  • Posibles manchas y sarpullidos en el abdomen y piernas desde el 5° día después de la vacunación.
  • Fiebre que puede aparecer hasta un mes después de la vacunación.
 Rotavirus
  • Molestias gastrointestinales (diarrea y cólicos) por 3 a 4 días.
  • Se debe mantener la higiene porque el niño estará eliminando el virus en las deposiciones y otra persona podría enfermarse.

Experta: Marcela Potin, jefa de la Unidad de Calidad y Seguridad Asistencial de la Clínica UC

Fuente: Facemamá.com

¿Cómo explicarles a los niños los fenómenos naturales?

Juan Felipe Velasco

Los niños, en las distintas etapas de su infancia, tienen miedos que son inherentes a su edad y pueden significar una evolución psicológica y un mecanismo de protección. En sus primeros meses, el miedo a extraños y la ansiedad de la separación son los principales factores. Luego, reflejan su temor en creaciones fantásticas como monstruos y fantasmas.

A medida que van comprendiendo el mundo, las situaciones reales de riesgo se convierten en una preocupación para ellos. Por ello, los fenómenos naturales como los terremotos y tormentas pueden ser un factor que genere pánico en los pequeños.

Isabel Cristina Bettin, psicóloga de preescolar del Gimnasio Los Caobos de Bogotá, afirma que “el hecho de asustarse con fenómenos naturales se presenta primero porque son eventos que se salen de lo cotidiano. Además, son acompañados por ruidos fuertes”.

Igualmente, agrega, “en la mayoría de los casos, la oscuridad y exceso de agua en caso de tormenta, que se aumenta con el ruido del viento y el movimiento de los árboles o golpes de puertas o ventanas, si ellas están abiertas, hacen la situación más fuerte en lo sensorial para el niño”.

¿A qué le tienen miedo los niños y por qué?

También, si el infante ha visto episodios de películas o videojuegos relacionados con el fenómeno natural donde se presente como algo negativo, o haya recibido información por parte de un conocido que lo preocupe, es probable que tenga un impacto en su emoción.

Para aliviar el miedo del pequeño, lo primero que se debe hacer es validarlo, pues él lo está sintiendo como algo latente. Por eso, poco a poco se le pueden ir explicando los fenómenos naturales desde la ciencia, diciéndoles que son pasajeros y mientras se encuentren en su hogar (en el caso de tormentas, por ejemplo), no les harán daño.

De igual forma, deben conocer que “ante los temblores, las construcciones están hechas con un sistema de seguridad sismo resistente que protege a las personas. En cuanto a las tormentas, algunas edificaciones tienen pararrayos que atraen la energía y los descarga en un sitio especial”, agrega la psicóloga.

Lo importante es que el lenguaje y la explicación sean de acuerdo con la edad. Si son muy pequeños, se puede usar la imaginación y hacerlo de manera metafórica, cariñosa y respetuosa, pero real. También es válido utilizar ejemplos, buscar explicaciones didácticas y videos que les ayuden a entender de qué se trata cada uno de los fenómenos.

Se recomienda, además, no ridiculizarlos ante los miedos, no regañarlos ni violentarlos. Por el contrario, se debe ser respetuoso de su emoción. Adicionalmente, es mejor evitar que los pequeños se acerquen al tema por medio de películas o videojuegos, pues ellos pueden distorsionar y exagerar la realidad.

Temblores, un miedo compartido

Uno de los momentos donde los padres coinciden en su temor con los hijos, puesto que pueden sentir que su vida o integridad física está en riesgo son los movimientos telúricos. Si bien existen protocolos que se deben conocer y seguir por seguridad, algunos adultos entran en pánico y contagian de esta reacción a los niños, que terminan por asustarse aún más.

Dado lo anterior, explica Bettin, “en caso de un temblor o terremoto, es más el modelamiento o ejemplo de los cuidadores o personas que están cerca, los que van a marcar la pauta de comportamiento en cuanto a la reacción emocional ante situaciones de incertidumbre y ajenas a su control”. En otras palabras, es necesario mantener la calma para transmitírsela al niño y que este sepa manejar sus emociones en el momento.

Creatividad para la calma

En Ecuador, país que sufrió el 16 de abril de 2016 un terremoto que devastó parte de la zona costera, la Fundación Telefónica creó los ChatBooks, una iniciativa gratuita donde los padres enviaban un mensaje de texto con la palabra ‘cuento’ a un número en WhatsApp, y recibían un pequeño relato enfocado a ayudar a los infantes a superar el trauma y el miedo que les generó el temblor.

Marcela Farfán, escritora de los cuentos infantiles, manifiesta que “en los cuentos le decíamos a los niños: tranquilos, no se asusten, traten de escuchar a la Pachamama (la Tierra). Utilizamos cuatro personajes principales: una nube, un volcán, una laguna y una montaña que vivían en los Andes. Por ejemplo, en uno de los cuentos, el volcán se sentía indigesto y explotaba para sentirse mejor”.

Entonces, por medio de la imaginación y el refuerzo del vínculo afectivo padre-hijo por medio de los relatos fantásticos, más de 11000 personas se beneficiaron inicialmente con 30 cuentos, uno diario, pero la acogida fue tal que duplicaron la cantidad de relatos.

La escritora, creadora del proyecto Cada niño con su cuento, que busca fortalecer el autoestima de ellos por medio de la personalización de relatos, los cuales les ayudan a comprender una situación específica de su vida, complementa que “está psicológicamente comprobado que la relación entre el padre que le lee a su hijo cuentos y el que no lo hace es diferente porque cuando le lees un cuento en la noche al niño, él entra en un modo tranquilizante y abre su imaginación”.

Fuente: abcdelbebe.com