Dormir o no con los hijos ¿Qué dicen los estudios?

Son las 12 de la noche, un grito rompe el silencio. Los padres corren al cuarto del niño. Prenden la luz y lo encuentran sentado en su cama, llorando. “Hay un monstruo debajo de mi cama”, dice.

La madre pasa la mano por la cabeza del pequeño y le limpia las lágrimas. El padre hace el amago de revisar bajo la cama y de paso abre el armario: “No hay nada, tranquilo. Ven con nosotros”, le dicen, y terminan durmiendo los tres en la cama matrimonial. Una práctica común y a simple vista, inocente.

Psicopedagogos y expertos en crianza coinciden en que cuando dormir con los hijos se vuelve hábito, se puede generar un daño en el desarrollo del menor. Incluso, puede afectar la relación de pareja.

Según la investigación ‘Trastornos del sueño en niños sanos’, del Hospital Nacional Profesor Alejandro Posada, en Buenos Aires (Argentina), el sueño es una de las funciones más importantes en la vida del niño. “Existe una íntima relación entre las actividades diurnas y las dificultades en el sueño. Estas se pueden asociar con conflictos familiares, trastornos del aprendizaje y con maltrato infantil”, asegura el estudio, y añade que entre el 20 y 30 por ciento de los menores tienen dificultades para conciliar el sueño o se despiertan durante la noche.

De la investigación se desprende que el 37,4 por ciento de los menores presentan trastornos del sueño. De los 25 niños que compartían la cama con los padres, 64 por ciento presentaban dificultades para dormir, mientras que los que dormían solos, o con otro niño, las referían en un 33,7 por ciento.

Aunque este fenómeno depende de las prácticas culturales, esa relación sí es frecuente en América Latina. Expertos consultados por EL TIEMPO lo confirman. Ana Rita Russo, directora del programa Pisotón en la Universidad del Norte, habla de los hitos del desarrollo, esas destrezas que el niño adquiere en su crecimiento. Entre esos está la alimentación, la dormida y el desarrollo motor, del lenguaje y afectivo. “Estas habilidades están marcadas en la etapa del paso de la dependencia absoluta que tiene un bebé de los padres, a lo que llamamos la dependencia relativa, en la cual el niño va logrando autonomía, autoestima, integración de la identidad y consolidación del ser”, explica la experta.

Fuente: abcdelbebe.com

Teletrabajo con niños en casa: ¿una tarea posible?

El teletrabajo es, cada vez más, una estrategia que utilizan las empresas colombianas y multinacionales para atraer y retener el recurso humano femenino, a través de beneficios emocionales enfocados, en especial, en las madres. De hecho, un informe publicado este año por Michael Page Colombia –firma especializada en reclutamiento de profesionales– señaló que el 85 por ciento de las empresas multinacionales que están en Colombia ya cuentan con políticas especiales para las mamás trabajadoras.

A su vez, cifras del Mintic y Mintrabajo señalan que más de 500 empresas son, actualmente, parte del Pacto por el Teletrabajo en Colombia que beneficia a 122.278 teletrabajadores, muchos de ellos, hombres y mujeres con hijos.

Sin embargo, si bien la estrategia se enfoca en mejorar la calidad de vida de los padres y lograr el balance entre la vida familiar y laboral, para algunos el tema no ha funcionado.

Es el caso de Sandra Gutiérrez Mejía, una ejecutiva comercial de una reconocida empresa que, por ser madre de dos niños pequeños, tuvo la oportunidad de probar durante dos meses el llamado home office. “Al principio me pareció lo máximo estar en casa y cuidar de mis pequeños. Pero con el pasar de los días me di cuenta de que terminaba aún más extenuada, los niños me quitaban mucho tiempo, tenía que interrumpir mis labores para prestarles atención y mi productividad empezó a bajar. Mis clientes lo percibieron, me notaban distraída y empecé a tener problemas. No pude más y decidí volver a la oficina”, relata esta mamá.

¿Falta de planificación?

Casos como estos abundan: padres y madres que, en lugar de percibir los beneficios del teletrabajo, terminan sobrecargados con las tareas del hogar y de la oficina, más estresados y extenuados por intentar resolver, a la vez, asuntos laborales y familiares.

Se trata de un fenómeno conocido como el ‘burnout del teletrabajador’, al que hace varios años se refirió el padre del teletrabajo, Jack Nilles: “El mayor riesgo de esta modalidad no es que la gente no trabaje, sino que trabaje demasiado”, decía.
Por eso, los testimonios de estos padres tienen un común denominador: la falta de planificación.

“Lo que pasa es que hay padres a los que nos cuesta organizarnos, ser disciplinados y poner límites. Cuando estás en casa, tu prioridad son tus hijos, quieres estar al tanto de ellos todo el tiempo y descuidas el trabajo. Luego, terminas trasnochando y pierdes ese balance que al principio buscabas”, sostiene Aura Sofía Castillo, una madre que tampoco pudo continuar con el home office.

Según voceros del Mintic, uno de los mayores retos para los padres, y en general para todos los teletrabajadores, es el adecuado manejo del tiempo. “Cuando los padres teletrabajan deben establecer un plan de acción que les permita cumplir las metas y requerimientos de la empresa. La clave está en fijar rutinas y aprovechar muy bien las horas que se evitan en desplazamientos desde y hacia la oficina”, señalan.

De eso da cuenta Claudia Vásquez, madre de dos niños, a quien el teletrabajo le mejoró la calidad de vida porque logró generar el balance ideal entre cumplir con sus funciones como consultora de comunicaciones y su rol de mamá.

“Fue cuestión de dialogar con los niños y hacerles comprender que, aunque estoy en casa, no puedo prestarles atención todo el tiempo. Aprovecho al máximo las horas que están en el colegio, cuando llegan compartimos el almuerzo y apenas el reloj marca las 5:30 me olvido del trabajo y me dedico a ellos. Mientras tanto, ellos saben que solo me pueden interrumpir cuando es verdaderamente necesario”, dice Vásquez.

¿Y la productividad?

Según la Comisión Asesora de Teletrabajo, sí es posible mantener la productividad e incrementarla, solo es cuestión de organización. “Dependiendo de la edad de los niños, se pueden coordinar horarios para que ellos comprendan que en determinados periodos no deben interrumpir, y deben respetar tanto el tiempo como el espacio de trabajo que tienen sus padres para cumplir con sus responsabilidades”, aseguran.

En este sentido, Eliana López, executive manager de Michael Page Colombia, señala que los padres “deben destinar un espacio en casa, ojalá cerrado, para evitar distracciones, ruidos o interrupciones, y explicar a los niños que, cuando se está allí, no se debe interrumpir”, aconseja López. Así, para la directiva, solo si se establecen rutinas, se fijan límites y se respetan, los niños podrán saber en qué horarios cuentan con sus padres aunque estén en casa.

Ahora bien, si se tienen bebés, es clave contar con la ayuda de un tercero en el hogar, que pueda atender sus demandas de cuidado cuando los padres estén trabajando. En este caso, se debe aprender a organizar las tareas del trabajo de acuerdo con las necesidades del pequeño. Por ejemplo, establecer adecuadas rutinas de sueño, de alimentación y de juego en horarios fijos les permite a los padres anticiparse y aprovechar espacios como las siestas y los momentos de relajación y tranquilidad del bebé para programar sus actividades laborales.

Cuidado con excederse

Otro riesgo que se corre al trabajar en casa es dejarse absorber por los asuntos laborales y descuidar el plano familiar a tal punto que se dañen las relaciones con la pareja y los hijos.

Carolina Forero, de Hays Colombia, firma consultora especializada en selección, advierte que también hay que ser flexible. “Muchas veces, el trabajo se verá interrumpido, por lo que un plan rígido puede que no funcione. Lo ideal es que exista un ritmo apropiado tanto para el trabajo como para el cuidado de los niños. Hay que buscar un balance entre el tiempo que será dedicado exclusivamente a trabajar, las pausas que se van a tomar y la interacción que se tendrá con los hijos durante el día”, aconseja Forero.

Fuente: abcdelbebe.com

¿Los hijos aprenden más con premios o con castigos?

“Me invade un auténtico pavor a medida que se acerca su hora de dormir: ‘Aquí vamos de nuevo’”.

Eso dijo un papá en nuestra oficina de terapia familiar para describir el espectáculo que montaba su hijo antes de irse a la cama. El niño enloquecía más y más conforme se acercaba su hora de dormir, ignoraba con necedad las instrucciones de sus padres y hacía una enorme rabieta con tan solo escuchar la palabra piyama. Los padres se sentían frustrados y desorientados.

La pregunta que nos hicieron es una que escuchamos muy a menudo: ¿debían ser severos y prohibirle ver sus dispositivos electrónicos cuando se comportaba así (castigos)? ¿O idear un sistema con calcomanías y premios para persuadirlo a comportarse bien (recompensas)?

Muchos padres crecieron con castigos y es comprensible que se valgan de ellos. Sin embargo, los castigos tienden a intensificar el conflicto y bloquear el aprendizaje. Provocan una reacción de lucha o huida, lo que significa que el pensamiento sofisticado del lóbulo frontal se nubla y se activan los mecanismos básicos de defensa. Los castigos nos llevan a rebelarnos, avergonzarnos o enojarnos, a reprimir nuestros sentimientos o idear cómo evitar que nos descubran. En este caso, la resistencia absoluta de quien tiene 4 años llegaría a su punto máximo.

Entonces las recompensas son la opción más positiva, ¿cierto?

No tan rápido. Las recompensas son más bien las gemelas engañosas de los castigos. Son atractivas para las familias (y es comprensible) porque pueden mantener a un niño bajo control temporalmente, pero el efecto puede desvanecerse o incluso ser contraproducente: “¿Cuánto me vas a dar?”, le dijo su hija a una clienta, según nos contó, cuando le pidió que ordenara su cuarto.

Los psicólogos han sugerido durante décadas que las recompensas pueden reducir nuestra motivación y gozo naturales. Por ejemplo, los niños a los que les gusta dibujar y, bajo condiciones experimentales, reciben una paga por hacerlo, dibujan menos que los que no reciben nada. Los niños a quienes premian por compartir lo hacen menos, etcétera. Esto es lo que los psicólogos denominan como “efecto de justificación excesiva”: la recompensa externa eclipsa la motivación interna del niño.

Las recompensas también han sido relacionadas con la disminución de la creatividad. En una serie clásica de estudios, se le dio a la gente un conjunto de materiales (una caja de tachuelas, una vela y un paquete de cerillos) y se le pidió que encontrara la manera de adherir la vela al muro. La solución requiere de un enfoque innovador, es decir, ver los materiales de una manera que no se relacione con sus propósitos (la caja utilizada como un portavelas). Las personas a las que se les dijo que recibirían una recompensa por resolver este dilema tardaron más en hacerlo, en promedio. Las recompensas limitan nuestro campo de visión. Nuestros cerebros dejan de cavilar con libertad. Dejamos de pensar profundamente y no vemos las posibilidades.

La idea general de los castigos y las recompensas está basada en suposiciones negativas acerca de los niños; que debemos controlarlos y moldearlos y que no tienen buenas intenciones. No obstante, podemos darle la vuelta a esa forma de pensar y ver a los niños como capaces y programados para ser empáticos, cooperar, trabajar en equipo y esforzarse. Esa perspectiva cambia, de manera poderosa, nuestra manera de hablar con los niños.

Las recompensas y los castigos son condicionales, pero el amor y la opinión positiva sobre nuestros hijos no deberían serlo. De hecho, cuando somos empáticos y realmente escuchamos a nuestros hijos, es más probable que ellos nos escuchen. Aquí compartimos nuestras sugerencias para cambiar la conversación y la conducta.

Buscar el trasfondo

Los niños no golpean a sus hermanos, ignoran a sus padres ni hacen berrinches en el supermercado solo porque sí. Cuando nos enfocamos en lo que realmente está sucediendo, nuestra ayuda es más significativa y duradera. Incluso solo intentar ver lo que hay en el fondo hace que los niños bajen un poco la guardia, estén más abiertos a escuchar límites y reglas y sean más creativos para resolver los problemas.

En lugar de decir: ¡Pórtate bien con tu amigo y comparte, o no podrás ver tele ni usar tu tableta más tarde!

Puedes decir: Hmm, todavía estás pensando si compartir tu nuevo juego para armar. Lo entiendo. Es difícil compartir al principio y te sientes un poco enojado. ¿Se te ocurre un plan para que puedan jugar con él juntos? Dime si necesitas ayuda.

El llanto, la resistencia y la agresión física podrían ser solo la punta del iceberg. Bajo la superficie puede haber hambre, falta de sueño, exceso de estímulos, sentimientos fuertes, cambios por una habilidad en desarrollo o la experiencia de un nuevo ambiente. Si piensas de esta forma, te conviertes en un compañero que lo guía, en vez de un adversario que lo controla.

Motivar en lugar de premiar

La motivación es muy buena, cuando tiene el mensaje subyacente de: “Confío en ti y de verdad creo que quieres cooperar y ayudar. Somos un equipo”. La diferencia entre esto y ofrecer recompensas cual carnadas es sutil pero muy poderosa.

En lugar de decir: Si limpias tu cuarto, podemos ir al parque. Así que más vale que lo hagas, o no hay parque.

Puedes decir: Cuando tu cuarto quede limpio, iremos al parque. Tengo muchas ganas de ir. Avísame si necesitas ayuda.

Ayudar en lugar de castigar

El concepto del castigo conlleva un mensaje de: “Necesito hacerte sufrir por lo que hiciste”. Muchos padres en realidad no quieren comunicar eso, pero tampoco quieren parecer permisivos. La buena noticia es que puedes mantener los límites y guiar a los niños sin castigarlos.

En lugar de decir: No te estás portando bien en la resbaladilla, entonces ya no vas a jugar. ¿Cuántas veces te lo tengo que decir?

Puedes decir: ¡Estás algo inquieto, ya me di cuenta! Te voy a bajar de esta resbaladilla porque no es seguro jugar así. Vamos a otro lugar para calmarnos.

En lugar de decir: Fuiste grosero conmigo y dijiste groserías. Eso es inaceptable. Te voy a quitar el teléfono.

Puedes decir: Vaya, estás muy molesto, lo puedo notar en tu voz. Para mí no está bien que uses esas palabras. Vamos a guardar tu teléfono por ahora para que puedas tener algo de espacio en tu mente para pensar. Cuando estés listo, platícame un poco más sobre lo que te molesta. Juntos veremos qué podemos hacer.

Despierta su interés por trabajar

Los humanos no son perezosos por naturaleza (no es un rasgo adaptativo) y los niños, en particular, no lo son. Nos gusta trabajar arduamente si nos sentimos parte de un equipo. Los niños pequeños quieren ser miembros competentes de la familia y les gusta ayudar si saben que su contribución es importante y no puro teatro. Deja que te ayuden de una forma real desde sus primeros años, en vez de asumir que necesitan algún otro tipo de distracción mientras tú haces todo.

Organiza una junta familiar para pensar en todas las tareas diarias que la familia necesita realizar. Pídele ideas a cada miembro de la familia. Haz una tabla para los niños (o deja que ellos la hagan) con un espacio para marcar cuando se hayan realizado las tareas.

En el caso del niño reacio a dormir, cuando los padres vieron lo que había detrás, lograron un gran avance. Resultó que su hijo estaba exhausto, así que prescindieron de algunas de sus actividades y se aseguraron de reservar un tiempo para que se relajara en las tardes. Cuando empezaba a alterarse, su mamá lo envolvía en su toalla de baño y le decía que era su burrito favorito. Ella admitió que para él era difícil cuando ella tenía que trabajar hasta tarde: “Tal vez te sientes triste porque no he estado contigo a la hora que tienes que irte a la cama en las últimas semanas. Yo sí me he sentido triste. Oye, ¿qué tal si leemos tu libro favorito esta noche?”. Hicieron una tabla para enlistar cada paso de su rutina y le pidieron su opinión. Con el tiempo, dejó de resistirse y el ambiente a la hora de irse a dormir pasó del pavor a una conexión y un goce verdaderos.

Sin importar lo irracional o difícil que parezca un momento, podemos responder de maneras que expresen: “Te veo. Estoy aquí para entenderte y ayudarte. Estoy de tu lado. Vamos a encontrar una solución juntos”.

Fuente: nytimes.com

Técnicas de estudio

Al iniciar este año escolar, debes ponerte como meta tener buenos resultados al estudiar, no solo basta con hacerlo, importa más la forma, estrategia y métodos que utilices para lograr los conocimientos esperados. Estas técnicas queremos que las aprendas y la pongas en práctica.

1. Subrayar

Subrayar la parte más importante del temario es una de las técnicas de estudio más sencillas y conocidas. Se trata simplemente de destacar las partes más significativas del texto usando distintos colores. Lo ideal es hacer primero una lectura comprensiva y subrayar lo más notable para, posteriormente, proceder al estudio.

2. Realiza tus propios apuntes

Realizar apuntes es una de las técnicas de estudio más extendidas junto con subrayar. Se trata de resumir lo más destacable con nuestras propias palabras para así recordarlo más fácilmente. En la mayoría de las ocasiones, la clave es ser capaz de resumir el contenido al máximo, pero sin dejar fuera ningún dato clave. A la hora de crear nuestros propios apuntes, podemos hacerlo al modo tradicional con lápiz o papel o con herramientas online, como es ExamTime, Keep de Google, Evernote, entre otras.

3. Mapas Mentales

Otro clásico. Crear un mapa mental es la mejor manera para resumir y organizar nuestras ideas. Un buen mapa mental puede ahorrarnos muchas horas de estudio y consolidar nuestros conocimientos de cara al examen. Desde ExamTime, también ofrecemos la posibilidad de crear mapas mentales de manera rápida, sencilla y gratuita. Prueba a crear un mapa mental ahora. También existen herramientas como Cmaptools y otras.

4. Fichas de Estudio

El uso de fichas de estudio es un método de aprendizaje especialmente eficaz a la hora de asimilar datos concretos, fechas, números o vocabulario. Por tanto, materias como Historia, Química, Geografía o cualquier idioma son mucho más fáciles si incluimos las fichas de estudio entre nuestras técnicas de estudio. Con las fichas de estudio convertimos la memorización en un proceso más divertido. Además, las fichas de estudio online nos permiten ahorrar mucho trabajo a la hora de crearlas y se pueden consultar fácilmente. Prueba a crear un conjunto de fichas ahora.

5. Ejercicios/Casos prácticos

En ocasiones es difícil asimilar la teoría de algunas materias de estudio. Sin embargo, realizar ejercicios y casos prácticos puede ayudarnos a visualizar la teoría y a que asimilemos los conocimientos de manera más sencilla. Esto es especialmente útil en asignaturas como Matemáticas, Física, Derecho y, en general, todas aquellas que involucren problemas y/o números. Por tanto, puede ser una buena idea realizar casos prácticos a la vez que estudiamos la teoría. De esta manera podremos comprender mejor su aplicación y lo que realmente nos están trasmitiendo todas esas letras.

6. Tests (pruebas)

Los tests son una excelente manera de repasar en los días u horas previas a un examen. Con los tests podemos comprobar que áreas llevamos mejor y cuáles peor, para así centrar los esfuerzos donde sea necesario. Además, si compartimos exámenes con nuestros compañeros para ponernos a prueba mutuamente, podemos descubrir detalles importantes que hemos obviado. Por ello, sin duda os recomendamos crear tests e intercambiarlos con vuestros compañeros como una de las técnicas de estudio previas al examen.

7. Brainstorming (lluvia de ideas)

Otra de las técnicas de estudio que podemos realizar en grupo. El brainstorming consiste en una reunión de un grupo de personas que realiza una lluvia de ideas sobre un determinado tema. El brainstorming puede ser especialmente útil a la hora de realizar trabajos en grupo, para así considerar diferentes ideas y perspectivas. Sin embargo, también puede ser útil para estudiar de cara a un examen para así resolver dudas y llegar al fondo de la materia. En ambos casos, el uso de mapas mentales facilita este proceso de organización de ideas.

Asimismo, Internet hace más fácil que nunca este tipo de reuniones, eliminando las barreras geográficas. ExamTime ofrece la posibilidad de crear grupos para intercambiar ideas y recursos online. Otra opción es usar la función de mensajería de ExamTime para comunicarnos con otros miembros del grupo en tiempo real.

8. Reglas Mnemotécnicas

Las reglas mnemotécnicas son especialmente útiles a la hora de memorizar listas y conjuntos. Las reglas nmemotécnicas funcionan básicamente asociando conceptos que tenemos que memorizar con otros que son más familiares para nosotros. Hay muchas maneras de realizar reglas mnemotécnicas y depende mucho de la persona. Un ejemplo sería la palabra inventada “FECTES” para recordar los distintos tipos de desempleo (Friccional, Estacional, Cíclico, Tecnológico, Estructural y Shock estructural).

9. Organizar el Estudio

Una de las técnicas de estudio más efectivas pero que a menudo pasamos por alto consiste “simplemente” en organizar nuestro estudio. Establecer un calendario de estudio teniendo en cuenta nuestros objetivos y el tiempo que tenemos disponible es el primer paso hacia el éxito. ExamTime cuenta con una herramienta que te facilita crear tu calendario de estudio de manera sencilla en pocos minutos.

10. Dibujos

Muchas personas cuentan con una buena memoria visual, por lo que son capaces de memorizar mejor los conceptos cuando están asociados a imágenes o dibujos. Por tanto, acompañar nuestro estudio de estos recursos visuales puede ser una gran idea, especialmente para asignaturas como Geografía, Ciencias, Arte o Historia. Otro recursos que ayuda a la memoria visual son los mapas mentales (ver punto 3). Recuerda, además, que con ExamTime puedes añadir imágenes y recursos visuales a los recursos que crees de manera sencilla .

Muchas de estas técnicas de estudio no son nuevas sino que son de sobra conocidas por estudiantes. Sin embargo, lo que sí es nuevo es la manera en la que las podemos poner en práctica, ya que hoy en día existe mucha tecnología a nuestra disposición.

Fuente: educando.edu.do

Cambios que atraviesa la familia del siglo XXI

Carolina Jiménez
[email protected]
Santo Domingo

La educación y los buenos valores que se nos otorgan en el hogar desde la niñez, nos condicionan para el futuro desde múltiples ángulos: afectivo, psicológico, educativo, moral, relacional e incluso físico.

Atesorar el cálido trato con nuestros padres, hermanos, cónyuges, hijos, y hasta con nuestra familia política es tan importante que puede evitar cualquier incógnita familiar. Sin embargo, algunas familias se olvidan de esta verdad a la hora de organizar la convivencia, las leyes, los horarios, las exigencias laborales, los hábitos de consumo, etc.

La familia como institución

La familia se considera como una institución, porque es donde se da el origen de la vida; donde se transmiten los valores éticos y morales que marcarán la personalidad de cada individuo y se construyen los primeros criterios educativos y las normas de conductas para la convivencia en grupo.

Aparte, la familia ha de ser una comunidad de amor. Existen grupos donde carece, precisamente, el cariño y el trato amoroso, lo que puede afectar principalmente el estado emocional de los hijos, quienes son el resultado del ejemplo que ven en el hogar por parte de sus padres.

“La libertad, el respeto, el afecto, la alegría, la empatía, la capacidad de entrega, el sacrificio gratuito y el acompañamiento incondicional son características de la familia, porque son también características del amor. En la familia se quiere, se valora y se respeta a la persona por lo que es, no por el cargo que ocupa o la actividad que ejerce”. (forofamilia.org)

Familia del siglo XXI

La familia del siglo XXI, según la escritora Francia Fernández, se puede describir con la palabra diversidad. Dice que a diferencia de lo que ocurría hasta mediados del siglo pasado en todo el mundo cuando primaba el modelo de matrimonio formal –predominio del marido y autoridad de los padres–, hoy solo el 37% de las familias responden a la versión tradicional padre-madre.

Un aspecto negativo que señala la profesora Erika Barajas, es que existe una equivocada concepción teórica y práctica de la independencia de los cónyuges entre sí. Así como las dificultades concretas que con frecuencia experimenta la familia en la transmisión de los valores.

Otra variable es que el modelo de la familia tradicional que décadas pasadas se vivía, se está perdiendo cada vez más. Ahora la familia moderna ha dado el salto a la sociedad y las uniones entre personas son distintas. También los roles han cambiado en los últimos años.

“La familia en los tiempos modernos, ha sufrido quizás como ninguna otra institución la acometida de las transformaciones amplias, profundas y rápidas de la sociedad y de la cultura. Muchas familias viven esta situación, permaneciendo fieles a los valores que constituyen el firmamento de la institución familiar. Otras se sienten inciertas y desanimadas de cara a su cometido e incluso en estado de duda o de ignorancia respecto al significado último y a la verdad de la vida conyugal y familiar. Otras en fin, a causas de diferentes situaciones de injusticia, se ven impedidas para realizar sus derechos fundamentales”. (elimpulso.com)

Retos y oportunidades

En la actualidad, la familia enfrenta grandes desafíos, como son el cambio de roles, la transformación cultural, la migración, el desempleo y hasta los bajos salarios.

Según el artículo “Crisis de la familia”, los cambios culturales han actuado también como factores desafiantes en la vida familiar, debido a que hoy en día las relaciones entre las generaciones dentro de la familia se están volviendo más inciertas y confusas. Los padres están enfrentando problemas con respecto a cómo mantener su autoridad en una sociedad y una cultura que da más espacio a los niños y jóvenes.

La rapidez con la que se vive en estos tiempos, es otro factor que ha desintegrado a la familia del siglo XXI. Cuando los padres se pasan el mayor tiempo en sus trabajos y los hijos en la escuela y actividades fuera del hogar, fácilmente se pierde la comunicación. Es importante que a pesar de los compromisos laborales, tanto mamá como papá saquen su momento para estar al tanto de lo que acontece en la vida de los hijos y de tal manera saber orientarlos cuando estén haciendo algo que no esté correcto.

Hoy en día los roles de padre y madre han cambiado mucho e incluso se ha tratado de equipararlos. Andrea Villamar, escritora, explica que: “Esto se ha cimentado bajo un “egoísmo” personal, porque cada quien busca crecer más que el otro, tener más o mejores cosas que el otro, dejando el verdadero sentido de familia de lado”.

Por esta razón, los hijos sufren grandes pérdidas, relaciones entre padres rotas y falta de atención, lo cual produce como consecuencia desconcentración en el ámbito escolar, baja autoestima, rebeldía y malos patrones de conducta que se repiten y que alteran el proceso educativo.

Los padres que demuestran amor el uno al otro, respeto, consideración, ayuda a que los hijos crezcan seguros, confiados, listos y dispuestos a afrontar los obstáculos que se les pudiera presentar a lo largo del camino, pueden asegurar que ese mismo patrón de conducta se va a ver reflejado en el momento en que ellos formen una familia.

De ahí la importancia de enseñar valores y principios a través del ejemplo. El maltrato, ya sea físico, psicológico o espiritual provoca distanciamiento, rechazo, falta de motivación, incluso en cada uno de los miembros de la familia.

El verdadero desafío de la educación de hoy en día es fomentar la educación familiar, la unión familiar. Enseñar a los padres a saber comportarse y obrar con sabiduría, demostrar que el amor filial es la base y la fuente de seguridad que sembramos en nuestros hijos.

 

 

 

La importancia de las actividades extracurriculares

Fuera del colegio los diversos grupos de individuos le permiten al niño ganar más confianza en sí mismo y aprecio por otras diferencias y similitudes.

Tendrá la oportunidad de mejorar su liderazgo y habilidades interpersonales mientras que también aumenta la confianza en sí mismo.

La participación extracurricular le permite enlazar el conocimiento académico con la experiencia práctica, conduce a una mejor comprensión de sus propias habilidades, talentos y metas profesionales.

Beneficios de las actividades extraescolares

Las investigaciones indican que la participación extracurricular tiene un impacto positivo en la obtención de un título universitario y en la aspiración educativa.

JUGADOR PROFESIONAL EN EL EQUIPO FC GLORIA BISTRITA PRIMERA DIVISIÓN EN RUMANÍA EUROPA, MANDA UN MENSAJE A TODOS LOS DOMINICANOS

“Según el diccionario de la real academia española la definición de soñar es discurrir fantásticamente y dar por cierto y seguro lo que no lo es. Pero para mí soñar es más que eso. Soñar es discurrir lo fantástico y dar por cierto de que puedes convertir eso fantástico en realidad. Lograrlo como atleta profesional no es fácil, toma sacrifico y mucho trabajo pero le daré un consejo a todos los padres y niños dominicanos: Para tener éxito no solo en el fútbol debes primero tener LA PASIÓN, Ella te dará la fuerza para dedicarte y enfrentar los sacrificios te puedan llegar.

Ahora bien, la clave para tu progreso es LA DISCIPLINA Y EL CARÁCTER. Sin importar cuantas “PATADAS” necesites dar para lograrlo.

Fuente: nuestroshijos.do

La adicción de los padres al móvil provoca un gran daño en los hijos

Nuestra dependencia al móvil es tal, que a menudo olvidamos lo más básico.Por ejemplo, atender a los hijos. Y sí, es cierto que los niños pueden ser muy pesados. Cierto que las madres y los padres necesitamos nuestro espacio, un respiro, un momento de desconexión. Pero… ¿hasta el punto de ignorar a nuestro hijo?

Un vídeo se ha hecho viral porque muestra una terrible realidad: los padres enganchados al móvil que se aíslan por completo y desatienden las peticiones y demandas de los hijos. Como en este caso, en el que una madre hace ‘oídos sordos’ a las repetidas quejas de su hija para que le preste atención. No dejes de ver este polémico vídeo que muestra cómo la adicción de los padres al móvil provoca un gran daño en los hijos.

El vídeo dura poco más de un minuto y medio, y en él se ve a una pequeña de unos 4 o 5 años reclamar insistentemente la atención de su madre. Su madre, por cierto, ni siquiera la mira. Por más que la niña insiste en que tiene frío, su madre sigue pendiente de su teléfono.

En un momento dado, la madre al fin le pregunta que qué le pasa… La niña responde pero ella, indiferente, continúa con su móvil, como si no oyera nada. Al rato, cansada de las quejas de su hija, le exige que se quede quieta en el asiento.

Las críticas han llegado, claro. También las dudas. Muchos preguntan si la niña no será demasiado ‘insistente’, lo que puede hacer que la madre, desesperada, intente ignorarla para ver si se le pasa… Pero la inmensa mayoría solo ve una madre que desatiende las necesidades básicas de su hija.

No sabemos si la niña había tenido una rabieta, si la madre estaba cansada, si la niña solo se queja porque necesita una atención constante… Pero lo cierto es que la imagen nos hace darnos de bruces con una triste realidad: estamos dejando pasar los años concentrados en nuestro smartphone, hablando con prácticamente desconocidos, sin atender a las personas realmente importantes, que suelen estar cerca de nosotros. Los hijos crecen rápido, y cada uno de sus años no regresará. ¿De verdad preferimos regalarle nuestro tiempo a otras personas?

Eso sin contar con el ejemplo que estamos dando a los hijos. ¿Cómo podemos exigirles luego que no pasen tanto tiempo conectados a su smartphone si es lo que vieron desde pequeños?

El daño que causa en los hijos tu adicción al móvil

Sin duda, este es un mal que afecta a prácticamente todos los padres.Llegamos cansados del trabajo y necesitamos relajarnos. La casa impone más trabajo, concentración y nervios. ¿Qué hacemos? Entregarnos a las risas, la relajación y las relaciones a distancia mediante las redes sociales y los chats por el móvil. ¿Los afectados? Los hijos. Y si no, piensa… ¿cuántas veces habrás dejado sin responder una pregunta de tu hijo porque estabas concentrado con algo en el móvil?

Ahora bien… ¿somos conscientes del daño que esto provoca en los hijos?Estos son algunos, según numerosos expertos:

1. Síndrome de padre ausente. Y quien dice padre, dice madre, claro. Los padres hiperconectados al móvil, es como si no estuvieran. Los hijos notan su ausencia y se sienten ignorados. Los expertos comienzan a llamar este daño’abandono emocional’. Unas palabras terribles que nos hacen reflexionar, sin duda.

2. Referencias equivocadas. Recuerda que somos un referente para los hijos. Luego no te asustes cuando a los 10 años ya te exija un teléfono móvil y se pase el día en su cuarto viendo vídeos. Luego, poco a poco, preferirá ese tipo de relaciones a distancia frente al clásico juego con amigos en el parque.

3. Menos confianza en sí mismo. Si el padre o la madre ignora constantemente lo que dice, lo que le cuenta, porque éste prefiere centrarse en su teléfono, el niño sentirá que lo que dice no es importante, y terminará perdiendo la confianza en sí mismo.

4. Autoestima baja. La falta de confianza en sí mismo llevará al niño a una autoestima baja que le afectará en todos los campos de aprendizaje y por supuesto, de su personalidad. De hecho, el niño ignorado por la adicción de sus padres al móvil, en realidad siente ‘que no es importante’ para ellos. Tremendo, ¿verdad?

5. problemas en sus habilidades sociales. Los niños necesitan aprender a relacionarse con los demás. Practican en casa, con sus padres, y también con sus amigos. Sin duda, el ignorarles y preferir un teléfono a una conversación con ellos, no les ayuda nada.

6. Mala comunicación en casa. La comunicación es muy importante en una familia, sobre todo entre padres e hijos. Es una forma de crear vínculos, de establecer una relación sana de confianza. El niño cuenta cosas, los padres le escuchan… le preguntan… contestan a sus dudas. Esta es la relación más lógica, ¿verdad? Pero, ¿qué sucede cuándo esta comunicación se rompe? El niño habla, los padres no escuchan… El niño pregunta pero no obtiene respuestas. Al final, el niño se cansa y deja de preguntar y confiar en sus padres.

7. Problemas emocionales y de conducta. El sentimiento de ‘hijo ignorado’ lleva al niño a enfrentarse a una serie de emociones que aún es incapaz de entender y controlar. Esto le provoca una angustia con la que tendrá que crecer. Sin duda, esto puede desencadenar en problemas de actitud, como las rabietas, gritos, y el ‘mal comportamiento’ como un intento desesperado del niño por llamar la atención de sus padres.

Fuente: guiainfantil.com

Cuando los ríos se secan

Se piensa que un río como Dios manda tiene que tener agua corriendo, así que es bastante común ver en los medios de comunicación cómo los ecologistas protestan porque no se está manteniendo el caudal ecológico de tal o cual rivera. Se supone que es el mínimo necesario para mantener los valores ecológicos del cauce y sin él la vida allí colapsará. Todo esto es poco realista porque la mitad de los ríos de este planeta se secan de vez en cuando de forma natural y en algunos sitios como en el mediterráneo o en el trópico seco muchos lo hacen todos los años. Una cosa es que se seque un río por un mal uso de sus aguas, que es por lo que protestan los ecologistas, y otra muy distinta que lo haga porque no llueva nada y haga mucho calor, como en mi tierra.

Si los ríos se secan periódicamente los organismos que viven en él lo tienen previsto.  Al desaparecer la corriente el cauce no se queda sin nada de agua pues permanece en pozas y escarbando un poco hay humedad. Así que los habitantes o se van a donde queda agua nadando, andando, volando o enterrándose; o se van a los ecosistemas terrestres circundantes; o se convierten en formas resistentes a la desecación, como huevos, quistes y biofilms que se reavivan al hidratarse. Lo malo es que el agua aparezca y desaparezca de forma azarosa, como cuando los humanos se dedican a manipular el caudal para dar agua a regadíos o producir electricidad. Estas oscilaciones les cogen desprevenidos y acaban por matarlos.

Los ríos intermitentes albergan una altísima biodiversidad, pues allí se alternan organismos acuáticos cuando hay agua y terrestres cuando se seca. Cuando el lecho sale a la luz los de tierra invaden el cauce. Plantas, microbios y animales de las orillas toman posesión del terreno vacío hasta que el agua los desaloja y vuelve a ser de nuevo el reino de los organismos acuáticos. A esto hay que añadir los anfibios, especializados en vivir alternativamente en agua y en tierra, como ranas, libélulas o mosquitos que lógicamente son muy abundantes aquí.

También sirven para desplazarse, tanto a seres acuáticos como terrestres. Que los acuáticos lo hacían era cosa sabida desde hace mucho tiempo. Los peces sin ir mas lejos nadan hacia arriba y hacia abajo según sus necesidades. Pero es que los animales terrestres también los usan para ir de allá para acá porque es más fácil andar por un río seco que por medio del monte.  Lagartijas, lagartos, ratones, erizos, conejos, jabalís, zorros, tejones y muchos otros van por los cauces como nosotros por los caminos. Son unos excelentes corredores ecológicos que conectan paisajes heterogéneos y complementarios y solo por esto se deberían conservar.

Los ríos son ecosistemas muy particulares, porque apenas viven de lo que producen las plantas acuáticas que los habitan sino de los desechos que les mandan los ecosistemas terrestres circundantes. Hojas, ramas, excrementos, cadáveres animales o materia orgánica a medio descomponer llegan hasta los cauces en cantidades ingentes arrastrados por la lluvia. Esto es especialmente notable en los estrechos arroyos de cabecera, sombreados por los árboles de las riberas que los llenan de hojarasca.  Conforme la basura va llegando al río la fauna la va troceando, comiendo y defecando, facilitando la labor de los microbios que son los que al final acaban por convertirla en CO2 , que va a la atmósfera,  y sales minerales que se quedan en el agua disponibles para las plantas acuáticas.

Los habitantes de los arroyos de cabecera no pueden procesar todo lo que les llega y una buena parte pasa aguas abajo ya troceada junto con las sales minerales. Aquí los ríos son más anchos y les llega luz, así que las plantas acuáticas empiezan a producir a costa de las sales que vienen de cabecera. Hay animales que viven de lo que se produce in situ, pero loscomebasuras siguen siendo abundantes. Pero la luz no dura para siempre, pues conforme los ríos se van haciendo más caudalosos llevan más materia fina en suspensión que no deja que penetre, así que los organismos se tienen que conformar con lo que haya de comestible en lo que arrastra la corriente. Al llegar al mar y mezclarse las aguas dulces con las saladas los limos floculan cayendo al fondo y sales muy limitantes para la vida como los fosfatos de pronto se hacen disponibles. Con luz y sales en abundancia las algas producen muchísimo, la fauna prolifera y los pescadores se ponen las botas. Para que luego digan que es un desperdicio que el agua de los ríos llegue al mar.

¿Cómo afecta la falta de agua a la digestión de todos los restos que mandan los ecosistemas terrestres? En parte la frena, pues hojas y ramas resecas son duras de roer, amén de que muchos de sus consumidores se han quitado de en medio. Pero por otra parte la acelera pues al oxigenarse los sedimentos del cauce los microbios que aguantan en las zonas húmedas metabolizan la materia orgánica mucho mejor. Cuando el río se llena de nuevo la descomposición se dispara porque todo se rehidrata y aún queda mucho oxígeno en el sedimento, así que con las primeras aguas que corren baja una ola de fertilidad: todas las sales que los microorganismos liberaron y que estaban retenidas en cabecera. Los astutos egipcios la aprovechaban hace ya miles de años, inundando sus campos de cultivo con la crecida veraniega del Nilo procedente del Nilo Azul, que drena las montañas de Etiopía, donde los ríos se secan en invierno. Cuando el campo se secaba estaba abonadísimo, listo para producir la próxima cosecha.

Los ríos son ecosistemas fascinantes. Albergan infinidad de especies, son autopistas para los organismos, depuran el agua de toda la cochambre que le mandan los ecosistemas terrestres y fertilizan los mares, llenándolos de vida. Son y han sido cruciales para el desarrollo de las civilizaciones humanas, pues han aportado agua, mucha comida y movilidad, ya que hasta hace bien poco eran las principales vías de transporte de bienes por los continentes. Por todo ello han despertado respeto y admiración y muchas culturas los han considerado sagrados. Pero últimamente nuestra especie en vez de venerarlos se dedica a fastidiarlos todo lo posible. Se echan residuos urbanos hasta empacharlos con tanta materia orgánica y residuos tóxicos de todo pelaje que los envenenan. Se cambia su forma y longitud con cortas, canales y dragados y el caudal y régimen fluvial con represas, que además son barreras a la circulación de los organismos y demás materiales que acarrea la corriente. En vez de preocuparnos tanto de si se secan o se desmadran, cosa que han hecho de toda la vida y por tanto la naturaleza cuenta con ello, deberíamos preocuparnos por todas estas barbaridades que los están matando.

Fuente: revistaecosistemasblog.net

¿Estás de acuerdo con prohibir los celulares en los colegios?

En el Congreso de Colombia se radicó un proyecto de ley que busca prohibir el uso de celulares en los colegios. El líder de esta iniciativa, el representante a la cámara, Rodrigo Rojas, aseguró que “con el proyecto pretendemos velar por el desarrollo integral, por la educación y la salud de niños, niñas y adolescentes“.

“Queremos dejar en claro que nosotros conocemos el gran aporte que hace la tecnología a la humanidad, pero entendemos que para las personas más pequeñas el acceso sin supervisión puede generar problemas. Por ejemplo, en educación, porque se convierte en un agente distractor; y en salud, porque puede generar enfermedades psicológicas y físicas”, puntualizó Rojas.

El proyecto de ley dice que los establecimientos educativos deberán incorporar las prohibiciones mediante un reglamento o manual de convivencia, en los términos que establezca el Gobierno Nacional.

Para plantear el documento se tuvo en cuenta cifras presentadas por el Ministerio de la Tecnología de la Información y las Comunicaciones, que indican que al menos el 52 por ciento de los jóvenes entre los 12 y 17 años sienten algún grado de ansiedad si no saben lo que ocurre en internet o si se encuentran desconectados.

La seguridad también se debe tener en cuenta. El acceso sin supervisión de un adulto responsable, facilita el acceso a actividades que son riesgosas para los menores. Por ejemplo, sexting (envío de mensajes sexuales por medio de teléfonos móviles), grooming (acciones que hace un adulto a través de internet para ganarse la amistad de un menor) y pornografía; temas que afectan directamente a la seguridad de los niños”, dijo el representante.

También aseguró que el documento ya fue radicado en el Congreso y se espera que sea enviado a la comisión sexta del Senado, en donde se debaten los temas tecnológicos.

Fuente: abcdelbebe.com

Un buen colegio

Por Ángel Palacio

Todos nos preguntamos alguna vez: cuál es un buen colegio para mi hijo?

Con los colegios pasa como con todas las cosas. Una camisa o una blusa por ejemplo. Todas las camisas son buenas. Una buena camisa para mí es la que se me acomoda. Con la que me siento bien y cubre mis necesidades.

En algo debemos estar claros. Una camisa buena, una buena blusa, no es la más cara, no es la que usa tal famoso o famosa, la que usa todo el mundo, la que tiene más fama o más propaganda. Es la que me hace sentir bien y sirve para lo que ando buscando.

El problema con la educación es que no se sabe lo que se anda buscando. El problema de algunos padres es que están equivocados en lo que andan buscando.

La educación es un asunto complejo. Se le pueden asignar muchos objetivos y contemplarla desde muchas perspectivas. Pero tiene una misión fundamental, que es parte de su propia esencia.

Los seres humanos tienen diferentes oficios con los que se desenvuelven en la vida. Hay médicos, abogados, sastres o parqueadores de carros.

Pero todos tenemos un oficio común por el que pertenecemos a la especie humana. El médico es una persona que cura, el abogado una persona que defiende causas, el cirujano una persona que practica operaciones, el banquero una persona que traba con dinero. Todos tenemos el oficio de ser personas.

La Universidad y las escuelas preparan para las profesiones y oficios con los que nos ganamos la vida y nos realizamos como profesionales.

La educación preuniversitaria nos enseña el oficio de ser hombre, seres humanos cabales, personas, individuos libres, responsables e inteligentes

En primer lugar nos enseña a desarrollar aquellas características que se nos dan mejor, en las que nos sentimos bien, para las que cada individuo está más dotado. Lo que nos gusta hacer. Lo que hacemos con mayor éxito. Lo que configuran nuestro carácter y que forma la base para cumplir con nuestras profesiones. Desarrollo en parte espontáneo y en parte aprendido. Es el desarrollo de la personalidad.

Destacar que la educación está para descubrir y cultivar la riqueza individual de cada persona es muy importante. Es un fin clave de la educación.

Toda criatura viviente es una fuerza creativa y única en sí misma.

La educación debe facilitar el despliegue de nuestro verdadero ser antes que fomentar el cumplimiento ciego y sumiso de mandatos ajenos.

Todos nacemos llenos de vitalidad, con capacidad intacta para sentir y vivenciar y con dones que sólo esperan salir a la luz en un clima de respeto, protección y cuidado.

Una educación que entienda que cada estudiante tiene su propio proceso de crecimiento, que respete su genuina personalidad, y le proporcione un clima sereno de ternura, que crea ciegamente en sus maravillosas posibilidades, que potencie su libertad interior, que le brinde la forma de desarrollar sus potencialidades, que esté a su lado, sin manipulaciones, para acompañarle en todo momento, esto es lo que cuenta.

Por otro lado la Educación debe servir para desarrollar aquellas cualidades básicas que son comunes a todos los hombres. Nos enseña a ser libres, a ser responsables y a utilizar nuestra inteligencia, que son las cualidades que nos realizan como seres humanos. Es el desarrollo de la persona.

Al final, el talento particular es la coronación del talento básico. Llevar al niño a conquistar su libertad y saber usar de su inteligencia es el fin primordial de la educación. Sobre este objetivo se edifica el objetivo de realizar su individualidad.

Porque, a fin de cuentas, no somos empresarios para ganar dinero, ni somos poetas para que nos den un premio nobel, ni futbolistas para que nos admiren. Somos todo eso para llegar a ser verdaderos hombres, personas libres, inteligentes y responsables. No nacemos para ser poetas. Más bien somos poetas para ser personas.

Hay una riqueza primigenia, un talento fundamental, que es común a todos los seres humanos, que es la libertad y la inteligencia de la que resulta la responsabilidad. La libertad y la inteligencia son caras de la misma moneda. Se nos dio la inteligencia para que pudiéramos tener libertad. Esto constituye la mayor riqueza del hombre.

La educación debe formarnos y capacitarnos para experimentar la vida como seres humanos confiados, libres e íntegros y no ser un acoso a nuestra vitalidad. Para vivir con esplendor, gozo y paz. La labor más profunda del ser humano es la de vivir la vida plenamente. Vivir la vida con gracia y significado. El vivir es, en sí, el más alto valor. Estar completamente vivo consiste en cultivar la máxima atención a la experiencia del momento.

El mundo es un fabuloso tapiz a medio hacer y sólo yo puedo llenar mi pequeña parcela.

En otras palabras, a la escuela se va a completar el esfuerzo de la familia para preparar seres humanos que sepan vivir su vida, que aprendan a ser autónomos, a no ser rehenes de nada ni de nadie, a ser productivos, a entender que no están solos en el mundo, a distinguir lo que les hace bien y lo que les hace daño, a disfrutar la vida, a ser verdaderamente felices. A eso se va a la escuela.

No podemos perdernos. Busquemos para nuestros hijos un colegio que le ayude a aprender a vivir su vida, a ser felices y a no ser una carga para nadie. Usted lo puede encontrar, porque hay muchos. Y cuando lo encuentre no le dé mente a nada más. Y siéntese, relajado, a ver cómo su hijo disfruta de la vida y disfrute usted de la vida con él.

No prive usted en hiperpapá o en hipermamá. No coja prestado para pagar un colegio carísimo. Hay colegios carísimos que son excelentes. Pero hay también colegios que no son tan caros y son muy buenos. No se sienta obligado a poner a su hijo en inglés, fútbol, natación, esgrima, karate, francés, chino, y muchísimas cosas más. No tenemos que educar un hijo perfecto. Eso no existe, Porque sería muy dañino. Sino criar personas. Educar personas, que es lo que necesitamos, no seres perfectos.

Todo es muy sencillo. Inglés, aire acondicionado, pizarras inteligentes, metodologías son importantes. Pero no lo decisivo.

Un edifico suntuoso, salones decorados, enseñar globisch, celebrar Halooween, ser campeones de futball, tener artistas famosos en la fiesta de graduación no hacen un colegio bueno.

Un colegio bueno lo hacen un equipo de educadores con principios muy claros y un amor exultante y sin fronteras por la vida, por su oficio de maestros y por sus alumnos.