¡Nuevos patriotas para una mejor nación!

Carolina Jiménez
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Santo Domingo

Desde 1844, los dominicanos privilegiamos de una nación libre e independiente. Al conmemorarse el mes de la Patria, recordamos a esos hombres valientes que proclamaron nuestra Independencia Dominicana; Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella.

Como dominicanos, debemos sentir orgullo de que nuestros patriotas fueron jóvenes líderes que lucharon con grandes ideales, responsabilidad y entrega inagotable hasta el último día.

El futuro de nuestra nación descansa en los niños y jóvenes que serán los responsables de construir una mejor República, libre de violencia y unida en igualdad. Encaminados a ser los nuevos patriotas que dirijan los valores, derechos y deberes del pueblo dominicano.

Con la finalidad de concienciar a los ciudadanos, Listín Diario junto a Propagas y Lanco, contribuye a identificar y empoderar líderes con valores para generar un cambio en nuestra nación. Esto bajo la campaña de comunicación: Los Nuevos Patriotas, con el lema “Para tener una nueva República, necesitamos nuevos patriotas”.

Educar a nuestros jóvenes es el primer paso para generar grandes cambios. Como país todos somos responsables de lo que seremos mañana y de las futuras generaciones que nos representarán y lucharán con ese ardor ferviente por defender nuestra nación.

Realización visual de campaña

Dirigiéndonos a centros educativos identificamos niños y jóvenes y creamos un video que recopila sus pensamientos y opiniones. Despertando así ese sentimiento patrio y transmitiendo a toda la ciudadanía un mensaje que da una nueva cara a esa dominicanidad. Una cara que representa un nuevo comienzo.

 

La individualidad en la pareja

Por: Ligia Valenzuela

La creencia de que “una pareja feliz” es aquella que “todo lo hace juntos” ha impedido que se le de importancia a la necesidad de desarrollar un espacio personal en la relación que permita fomentar la individualidad como uno de los soportes para que una relación de pareja sea sana y duradera.

Toda pareja necesitará momentos de intimidad y cercanía y momentos en los que pueda ejercer su  independencia y autonomía. Por tanto, tener pareja no debe ser un obstáculo para que cada uno pueda desarrollar una identidad propia, continuar con sus hobbies y seguir compartiendo con amigos y familiares. Tampoco, impedir que sean capaces de poder crear espacios que les permitan intimar y conocerse.

¿Puede haber un equilibrio entre ser pareja y mantener la individualidad? ¡Claro que si! Pero para ello es importante tener en cuenta lo siguiente:

1ro: Es necesario  ser tu y ser yo  primero, es decir, reconocer que son dos personas distintas, con dos historias de vida, con una familia y una crianza diferente, con un sistema de valores y creencias, carácter y personalidad, también distintas. Por tanto, cada uno tendrá su propia forma de ver el mundo y de interpretar las situaciones y circunstancias que enfrentan, por lo que buscar conciliarlas y encontrar puntos en común permitirá que la relación fluya y se desarrolle.

2do: Iniciar una relación no significa  abandonar nuestros intereses y preferencias. La dependencia emocional que se produce en algunas parejas, impide que puedan desarrollar una autonomía sana que les permita estar juntos y a la vez conservar sus espacios personales. Tienen miedo de que “el otro” termine la relación si no “lo dejo todo por ti”, si no eres “mi prioridad”. Sabemos lo peligroso que son estos mensajes, pues le dan mucho poder al otro para tener el control de la relación, abusar emocionalmente y hasta ejercer cualquier forma de violencia.

3ro: ¡Sigue creciendo como persona! Darse tiempo para continuar cultivando esos pasatiempos que tanto disfrutas, buscar sentirse bien, pasear, hacer ejercicios, continuar estudiando y formándose, visitar la familia y juntarse con sus amigos, produce una felicidad sencilla pero muy saludable. Además, permite construir ese tejido conectivo que dará soporte y sostén en los momentos de dificultad o si se produjera una ruptura de la relación.

4to: Vale decir no quiero, no me gusta, no lo deseo… Es normal que al inicio de una relación se quiera compartir gran parte de las actividades, estar juntos la mayor parte del tiempo. Sin embargo, no tiene que ser así siempre, vale tener un tiempo con nosotros mismos para pensar y hacer nuestras cosas…Y eso no significa que el amor esté disminuyendo, más bien, se está afianzando porque se va desarrollando entre ambos la confianza y la seguridad en el otro.  Poder decir  “hoy deseo hacer esto o lo otro”, “prefiero quedarme y ver este programa o leer este libro”, “voy a acompañar a uno de mis padres”, “deseo visitar mi amiga”, “ir al cumpleaños de una compañera de trabajo o de la universidad…” no debe producir temor o miedo a que la relación termine o colapse! Si cualesquiera de estas situaciones produce en tu pareja un enojo exagerado, insultos o cualquier tipo de agresión,  cuidado!!!! Es momento de observar, conversar con personas de tu confianza a cerca de esto. Busca ayuda! No te quedes callada! No te aísles!!!

5to: Integra tu pareja a tu vida. Desarrollen actividades en común, compartan cosas entre los dos, busquen crear afinidad y lindos recuerdos, esto es vital y satisfactorio. Pero muéstrale también que tienes tu vida! Ello traerá equilibrio y balance a la relación. Solo así podrán construir una relación que respete la individualidad del otro, donde “soy yo mismo” “queriéndome a mí mismo, pero amándote a ti también”.

 

Estudiantes participan en el acto a la bandera de Listín Diario

Carolina Jiménez
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Santo Domingo

Como cada año, el Grupo de Comunicaciones Listín Diario, celebró un acto destinado a exaltar la Bandera, el Escudo y el Himno Nacional dominicano.

“Estos tres símbolos están presentes en estos momentos aquí y ahora. Los podemos percibir con todos nuestros sentidos, podemos ver la Bandera, el Escudo; podemos escuchar el Himno y podemos sentir también el amor, el respeto y la admiración por ellos”, expresó en el discurso central del acto, Miguel Franjul, director de Listín Diario, en el discurso central del acto.

El acto contó con la presencia del director de la Policía Nacional, mayor general Ney Aldrin Bautista Almonte; el presidente del Tribunal Constitucional, Milton Ray Guevara; el presidente de la Junta Central Electoral, Julio César Castaños Guzmán; el ministro de Educación, Andrés Navarro; el presidente de la Comisión Nacional de Efemérides Patria, Juan Daniel Balcácer, y Wilson Gómez, representante del Instituto Duartiano.

Asimismo hubo una representación de estudiantes invitados por parte de Plan LEA, con la intención de que estos tomen conciencia de la importancia y el respeto que merecen nuestros símbolos patrios. Los centros educativos que asistieron fueron: San Judas Tadeo, Saint Lawrence School, Colegio Episcopal San Andrés, Católico Santiago Apóstol y Colegio Claret.

Estudiantes del Colegio Claret

El historiador Juan Daniel Balcácer, presidente de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, durante el homenaje a la Bandera Nacional, manifestó que Duarte se inspiró en ciertos principios para diseñar la bandera: “Fundamentalmente, en el principio de la unión de todos los dominicanos, sin importar su origen étnico, credo religioso o diferencias ideológicas. Se inspiró, también, en su bien definida fe patriótica y en su arraigado fervor cristiano”.

Estudiantes del Colegio San Judas Tadeo

 

 

La Plaza de la Bandera de Santo Domingo

Ubicada en la intersección de las Avenidas 27 de Febrero y Gregorio Luperón de Santo Domingo, se localiza la Plaza de la Bandera, un monumento patriótico que rinde homenaje a uno de los más importantes símbolos nacionales de la República Dominicana.

La antigua Plaza de la Independencia fue construida en 1978 durante el gobierno del Dr. Joaquin Balaguer (1906-2002), y luego fue reinaugurada y renombrada Plaza de la Bandera el 14 de febrero del 1997 por el presidente Leonel Fernández después de unos trabajos de remodelación.

El 25 de enero de 1979, el Papa Juan Pablo II celebró la Santa Misa en esta plaza. El Papa estuvo de frente el cuadro original de la Virgen de la Altagracia que fue trasladado especialmente de la Basílica de Higuey para esta ocasión.

En el perímetro, se muestran numerosos mástiles con banderas de la República Dominicana.

En el centro de este Monumento a la Patria, está el Arco del Truinfo. A sus lados están dos ángeles que representan: La Gloria y el Honor. Debajo del arco, está la gran escultura de Juan de Avalo que representa “La Madre Patria” que protege y sostiene al soldado caído por defenderla. Debajo del arco se exhibe una enorme bandera dominicana.

Alrededor de este entorno, se encuentran localizados edificios gubernamentales como el Ministerio de Defensa, la Junta Central Electoral, el Instituto Agrario Dominicano y el Centro de Exportación de la República Dominicana.

Fuente: conectate.com.do

Historia y celebración de la Bandera Dominicana

La bandera dominicana tiene sus orígenes en la francesa, ya que República Dominicana fue colonia francesa entre 1804 y 1809

Desde la antigüedad, los pueblos han considerado la bandera como un objeto de profundo sentido simbólico y espiritual. De ahí que “conquistar” una bandera fuera más de una vez el objeto final de una batalla.

Es probable que las primeras banderas tuvieran sus orígenes en China o India. Algunos historiadores atribuyen el primer icono semejante a una bandera al fundador de la dinastía Zhou (1122 antes de Cristo).

Las banderas chinas tenían elementos gráficos, como un pájaro rojo, un tigre blanco o un dragón azul. Asimismo, las banderas tuvieron también gran importancia en la antigua India.

A Europa habrían sido llevadas por los sarracenos, pero dado que el Islam prohibía imágenes “de influencia idólatra”, el diseño de las banderas sufrió fuertes transformaciones de simplificación de su contenido.

En Europa las banderas fueron subdivididas de acuerdo a su forma y propósito. Había banderas personales, familiares o de significado local. Esto explica que con el nacimiento de las primeras naciones-estado, nacieran también sus consiguientes banderas.

En países como Chile, las primeras banderas conocidas fueron las que portaban los conquistadores españoles del siglo XVI. La independencia de España posibilitaría la primera representación del naciente país en una bandera.

¿Cómo nació la bandera dominicana?

A diferencia de la historia del Escudo Dominicano, la Bandera Nacional no ha sufrido tantas modificaciones.

Nuestra bandera tiene sus orígenes en la francesa, ya que República Dominicana fue colonia francesa entre 1804 y 1809, y dirigido por el gobierno haitiano durante 22 años.

De la bandera haitiana, la nuestra, asume los colores rojo y azul, mientras que de la francesa obtenemos el blanco. Sin embargo el color blanco lo expresamos en una cruz al centro de la bandera.

La primera distribución de esos colores fue hecha por Juan Pablo Duarte, quien concibió el diseño original, y el día 16 de julio de 1838 obtuvo la aprobación de los trinitarios para la confección de la misma.

Duarte colocó una franja azul en la margen superior de la bandera y una franja roja en la inferior, colocando la cruz blanca al centro de la misma.

Posteriormente, esa distribución de los colores fue cambiada para que los colores (rojo y azul) alternaran tal como en la actualidad (azúl-rojo, rojo-azúl), esta es la Segunda Bandera Nacional.

La bandera dominicana se enarboló por primera vez el 27 de febrero del 1844 en la Puerta del Conde.

Las primeras banderas fueron confeccionadas por varias damas, entre las que se pueden citar a Concepción Bona, María Trinidad Sánchez, María de Jesús Piña, Isabel Sosa.

Las señoritas Villa confeccionaron la primera bandera dominicana que se enarboló en tierras del Cibao, hecho acaecido el día 4 de marzo de 1844 en la ciudad de La Vega.

La bandera dominicana es el máximo símbolo de patriotismo, libertad y soberanía de los dominicanos.

Fuente: educando.edu.do

Un llamado a la acción: los derechos de la mujer

Carolina Jiménez
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Santo Domingo

Dentro del marco de actividades de Semana de la Geografía 2018, se han realizado conferencias con temas correspondientes a los fascículos elaborados para esta vigésima quinta edición.

Uno de los temas desarrollados es “La geografía de los movimientos por los derechos de la mujer: un llamado a la acción”, bajo la autoría de Ylonka Nacidit, representante de la Cancillería General de la República.

Nacidit explica que los antecedentes en las luchas por los derechos de la mujer en República Dominicana se pueden conocer desde dos perspectivas: desde la historia oficial, y desde la contrahistoria, es decir, desde la resistencia del sujeto femenino a continuar y consentir al Estado patriarcal moderno, seguir siendo un signo subvalorado sin intervención en las convecciones sociales.

“La geografía de los derechos humanos de las mujeres se traza en la República Dominicana desde 1844, y aun antes, desde 1838 cuando estas se aglutinaron alrededor de los movimientos separatistas para construir el proyecto de nación”, agrega.

La exclusión total de los derechos humanos y de la vida pública del sujeto femenino, era una violencia disimulada, porque no se le permitía la opción de elegir ni de decidir su destino. Su identidad era inmóvil y su vacío existencial llevaba largos siglos, sin herramientas para derrotar ese dominio sobre su subjetividad.

Rol de las mujeres decimonónicas en las luchas por los derechos de la mujer

En este entonces, las mujeres estaban expuestas a abusos y aislamientos. Sin embargo, se hicieron a la mar desde distintos puntos de la geografía nacional llegando a otras costas de territorios. “Compreder a estas mujeres decimonónicas que eran prisioneras de sus iguales por no poseer saberes intelectuales hizo que se fueran movilizando, que colocaran en crisis a la naturaleza del orden político-Estado en el cual coexistían”.

Nacidit cuenta que al estar en contacto con otras mujeres (latinoamericanas, norteamericanas, españolas y francesas) llegó la esperanza de despertar del rol tradicional asignado. “Fue desde ese punto de inflexión que se dio inicio a la recuperación de nuestra memoria en sentido sociológico e histórico. La prisión del desconocer no era un invento, era un cautiverio, un rapto para colocarlos en la perennidad de la ignorancia”.

Las dominicanas del siglo XIX y principio del XX -para surgir como sujeto de derecho- tuvieron que derrumbar grandes obstáculos encontrados en ese modelo de sumisión denominado patriarcado. “Hubo que romper los sesgos de diferenciación biológica por asunto de sexo, enfrentarse a la ideología conservadora, a los estamentos militares, a las antirrespuestas desde el Estado”, agrega.

Primera ola del feminismo. El sufragismo de vanguardia

Ante la interrogante del por qué las mujeres demoraron tanto en darse a sí mismas una respuesta intelectual, desde el saber, sobre su condición infrahumana de existencia. Nacidit expone lo siguiente:

• Porque sobre ellas gobernaba el pater familias y el “acomodamiento” de sentirse afortunadas de la protección brindada, aun fueran esclavizadas emocionalmente.

Sin embargo, cuando hubo la alerta de que las pensantes atraían a las demás a sus luchas, las primeras se constituyeron en un peligro para el sistema, e incomodaban al Estado estamental de entonces, opresor y machista.

“En el siglo XIX era impensable que las mujeres asumieran desde los derechos humanos la República como parte de su hacer. No había conciencia histórica aún en las activistas decimonónicas. A excepción de algunas intelectuales, entre ellas: Salomé Ureña, Virginia Elena Ortea, y Amelia Francasci. Las mujeres necesitaron pensar, escribir, reflexionar y viajar al extranjero para comprender su identidad, no solo desde el razonamiento, sino desde la filosofía del lenguaje”.

Relación de pertenencia

Igualdad: “Deriva en un derecho positivo, para no contravenir a la naturaleza, y al postulado inalterable de que todos nacemos libres e iguales”.

“No es la ‘guerra entre los sexos’ un término para encabezar una lista o un inventario de relaciones de acontecimientos. Es irracional que se pretenda mantener a la mujer en una relación de pertenencia absoluta del otro, en especial de su cuerpo y su sexualidad. Por eso, identificar las distintas formas de discriminación que persisten en las relaciones de poder y clase, en el binomio hombre-mujer podría ayudar a desestructurar las vertientes de la violencia por razones de género. Las violaciones a los derechos humanos de las mujeres, en especial, a tener una vida libre de violencia, cubren a todas nuestras provincias. Ya no se puede continuar cubriéndola por el velo del silencio, es urgente reconocer las fallas de las políticas públicas. Las cifras oficiales de feminicidios, violaciones, incestos, etc., son espeluznantes”, puntualiza Nacidit.

Biografía de Matías Ramón Mella

Matías Ramón Mella Castillo nació el 25 de febrero de 1816 en Santo Domingo. Fue un militar, político y activista dominicano. Es considerado uno de los Padres de la Patria de la República Dominicana junto a Juan Pablo Duarte y Francisco del Rosario Sánchez.

Como miembro del movimiento independentista, Mella encarnó la expresión militante y decidida siendo conocido por haber disparado su trabuco la noche del 27 de febrero del 1844 en la Puerta de la Misericordia dando comienzo de esta forma a la revuelta por la independencia del país.

De los fundadores de la República, Mella fue el más apto para las actividades militares. Su habilidad como estratega contribuyó significativamente a lograr la independencia dominicana, hecho que puso fin a la ocupación haitiana.

Más tarde se incorporó al movimiento restaurador contra la Anexión a España, realizada por el terrateniente Pedro Santana en 1861. Fue vicepresidente del país entre 1863-1864.

Familia y primeros años

Hijo de Antonio Mella Álvarez y Francisca Castillo.

En 1835, en plena dominación haitiana, fue nombrado “Preposé”, o encargado de la común de San Cristóbal. Allí se dedicó al negocio del corte de madera, actividad de la que también se ocupaba Antonio Duvergé, lo que hace suponer que ambos líderes se conocieron desde entonces. Mella era hábil con el sable y la espada.

Hacia 1836, contando con veinte años de edad, Mella contrajo matrimonio con Josefa Brea, quien pertenecía a una familia importante del país, y con quien procreó 4 hijos: Ramón María, Dominga América María, Antonio Nicanor e Ildefonso. Según un testamento del 5 de mayo de 1859, ninguno de los dos aportó grandes bienes al matrimonio. Al parecer adquirió sus bienes y propiedades estando casado, parte de ellos por vía hereditaria tras el fallecimiento de su padre en febrero de 1837.

Vida política y militar

El 1 de marzo de 1844 se integró como miembro de la recién creada Junta Gubernativa Provisional durante la Primera República y pocos días después partió para el Cibao donde asumió el cargo de gobernador de Santiago y delegado de la Junta Central Gubernativa, convirtiéndose en el jefe político y militar de la región más importante del país. Ostentó el rango de General del Ejército Nacional e hizo venir a José María Imbert desde Moca, quien lo auxilió como “mano derecha” en el mando militar.

Al dar comienzo la Batalla de Santiago, Mella, que no se encontraba en el campo de batalla, impartió las primeras instrucciones y escogió a Imbert como lugarteniente.

Cuando Faustin Soulouque invadió el país, Mella se incorporó al ejército, destacándose en la Batalla de Las Carreras y pasó a ser secretario de Pedro Santana. Luego de la renuncia del presidente Jimenes y la elección de Buenaventura Báez como presidente, en septiembre de 1849, Mella es nombrado Secretario de Estado de Hacienda y Comercio.

Al surgir la enemistad entre Santana y Báez, Mella decidió seguir al lado del primero. No obstante, la obstinación de Santana por querer anexar el país a España los enemistó para siempre. Entre 1849 y 1861, Mella rechazó a Santana y su proyecto de anexión.

Mella desempeñó los cargos de Comandante de Armas, Ministro de la Guerra, Gobernador de Santiago, Ministro Plenipotenciario y Enviado Extraordinario en Misión Especial frente al Gobierno español. En julio de 1856 se le encomendó preparar un proyecto de ley para organizar el ejército.

Miembro de La Trinitaria

Aunque no se sabe cuándo conoció a Duarte, una vez fundada La Trinitaria, se adhirió a ella en calidad de miembro mediante un comunicado, junto a Sánchez y Félix María del Monte. Duarte vio en Mella un discípulo de condiciones excepcionales y lo designó como sustituto de Juan Nepomuceno Ravelo cuando éste fracasó en las gestiones de llegar a un acuerdo con los dirigentes haitianos con la finalidad de organizar el movimiento de “La Reforma”.

Guerra de Independencia

En enero de 1843 fue comisionado por Duarte para trasladarse a la villa haitiana de Los Cayos de San Luis, al sur de la isla, para hacer contactos con los revolucionarios reformistas adversos al presidente Boyer.

Convocó e hizo posible una alianza entre los trinitarios y los reformistas haitianos que combatían a Boyer. Esto trajo como consecuencia, el 16 de enero de 1844, la firma del acta de separación, que proclamó la necesidad de separarse de la opresión haitiana y oficializó la unión de liberales y conservadores. Durante la guerra de independencia ocupó la región norte para impedir la penetración haitiana. Misericordia Puerta donde Mella disparó el trabucazo la noche del 27 de febrero de 1844, siendo este el principio del fin de la invasión haitiana en la República Dominicana.

Guerra por la Restauración

Luego de declarada la independencia, Mella proclamó a Duarte presidente de la Junta Central Gubernativa con la finalidad de evitar que algún partidario del colonialismo ocupara el poder. Esta actitud provocó que Pedro Santana lo expulsara del país.

Mella regresó al país en 1848 amparado en la amnistía del presidente Manuel Jimenes. Al regresar se unió a los conservadores liderados por Pedro Santana, hasta que en 1861, ya ante la eminente Anexión a España, se unió a los restauradores.

En agosto de 1863 viajó al sur, atravesando la Cordillera Central por Constanza, con el encargo de organizar las tropas restauradoras dirigidas por Pedro Florentino. Durante la restauración fue designado Ministro de la Guerra y elaboró un manual de guerra de guerrillas en enero de 1864.

Muerte

Restos de los padres de la patria. Altar de la Patria, donde reposan los restos de Matías Ramón Mella junto a Duarte y Sánchez. Mella se desempeñaba como vicepresidente de la República Dominicana cuando, en pleno Grito de Capotillo, enfermó de disentería. En las cercanías de su muerte pidió que sus restos fueran envueltos en la Bandera Nacional y pronunció estas palabras: “Aún hay patria, viva la República Dominicana”.

Murió el 4 de junio de 1864, en extrema pobreza, en una pequeña casa cercana a la Fortaleza San Luis, en Santiago; siendo enterrado cubierto por la bandera dominicana como fuera su deseo. Sus restos se encuentran, junto a los de Duarte y Sánchez, en el Altar de la Patria.

Fuente: nuestroshijos.do

Historia de la Independencia Nacional Dominicana

La República Dominicana declara su Independencia de la dominación haitiana el 27 de Febrero de 1844 y se constituye como un estado independiente.

Dominación Haitiana

La parte española de la isla fue invadida por la naciente República de Haití por razones de tipo económicas, sociales y políticas siendo la de mayor importancia la preservación de su propia independencia frente a un vecino que mantenía el sistema esclavista y que por sus propios intereses era un potencial enemigo de la recién creada república negra, en la que había sido abolida la esclavitud.

La invasión se produce casi sin ninguna oposición militar dada la diferencia numérica de ambos lados. La parte este o española tenía una población inferior al pueblo haitiano de esa época, además de la desorganización y miseria producto de la Guerra de la Reconquista en la parte española. Por otra parte, España estaba en franca decadencia y enfrentando los movimientos independentistas en el territorio continental y había perdido el interés por esta posesión cuyas minas de oro ya estaban agotadas.

La ocupación haitiana de la parte oriental de la isla duró 22 años. Esta ocupación, que pretendía anexar el territorio oriental a Haití, produjo inmediatamente un gran malestar y repulsa en los habitantes españoles dado sus irreconciliables diferencias de idioma, cultura, religión y su organización política, pero sobre todo por su concepción diferente del derecho de propiedad de la tierra.

Movimientos separatistas

La ocupación generó resistencia, desobediencia civil e incluso algunas conspiraciones que fueron develadas y hechos prisioneros o condenados a muerte sus miembros en un régimen que representaba cada día más el oprobio natural de una dominación extranjera.

La Trinitaria

En 1838 y después de regresar de estudiar en Europa y convencido por los vientos del Liberalismo que azotaban el viejo continente, Juan Pablo Duarte funda la organización secreta La Trinitaria cuya meta fue la creación de una Patria independiente de toda dominación extranjera.

La Trinitaria creció rápidamente dentro de la juventud y se extendió a las principales ciudades del país producto del trabajo tesonero y también como resultado de una sociedad artística llamada La Filantrópica que por medio de obras de teatro iba llevando el mensaje independentista.

Cuando el Presidente Boyer es derrocado por un movimiento revolucionario haitiano, se presentan coyunturas que precipitan los acontecimientos en la parte oriental de la isla firmemente decidida a terminar con el yugo opresor.

En ese momento existían cuatro movimientos separatistas como nos menciona Frank Moya Pons en su Manual de Historia:

1.El movimiento independentista encabezado por Juan Pablo Duarte

2.Movimiento pro-español, del cual eran exponentes en Santo Domingo los sacerdotes Gaspar Hernández y Pedro Pamiés, y en Puerto Plata el veterano General Andrés López Villanueva.

3.Movimiento pro-ingles, se inclinaba a buscar la protección de Inglaterra a cambio de ventajas comerciales y lo encabezaba un propietario de Las Matas de Farfán de apellido Pimentel.

4.Los Afrancesados: compuesto por hombres maduros, la mayor parte de los cuales habían ocupado puestos administrativos dentro del gobierno haitiano anterior y que creían poder alcanzar la eliminación del dominio haitiano con ayuda de Francia, (los afrancesados) a cambio de otorgarle a esta potencia privilegios políticos, arancelarios y territoriales. Sus cabecillas visibles eran un rico propietario de Azua llamado Buenaventura Báez (que luego se convirtió en dictador) y el importante abogado y comerciante Manuel Joaquín Delmonte.

El Gobierno provisional haitiano ordenó que se realizaran elecciones municipales el día 15 de Junio de 1843, elecciones que fueron ganadas en su mayoría por los miembros de la Trinitaria en el sector oriental, victoria que agudizaría la lucha contra la dominación haitiana e hizo que el General Gérard o Herard con sus tropas iniciara la persecución de los trinitarios en todo el país, obligando a Duarte a embarcarse subrepticiamente hacia Saint Thomas para evadir dicha persecución.

El movimiento quedó bajo la dirección de Francisco del Rosario Sánchez y buscando lograr nuevos adeptos lograron “conquistar” para la causa a Tomás Bobadilla, antiguo funcionario del régimen de Boyer que el nuevo gobierno haitiano había dejado fuera. También conquistaron los hateros del este del país, un grupo de personas privilegiadas por la colonia mediante la entrega de grandes cantidades de tierra y sus líderes eran los hermanos Pedro y Ramón Santana.

Declaración de Independencia

Aunque Juan Pablo Duarte, el Padre de la Patria, se hallaba ausente, la noche del martes 27 de febrero de 1844, en la Puerta del Conde de la ciudad de Santo Domingo, la República Dominicana era proclamada por Francisco del Rosario Sánchez, jefe del movimiento tras la ausencia de Duarte, Tomás Bobadilla y Briones, representante de los conservadores, Ramón Matías Mella, Manuel Jiménez, Vicente Celestino Duarte, José Joaquín Puello, Gabino Puello, Eusebio Puello, Eduardo Abreu, Juan Alejandro Acosta, Remigio del Castillo, Jacinto de la Concha, Tomás de la Concha, Cayetano Rodríguez, Félix María del Monte y otros patriotas, quienes expresarían a a las autoridades haitianas su indestructible resolución de ser libres e independientes, a costa de nuestras vidas y nuestros intereses, sin que ninguna amenaza sea capaz de retractar nuestra voluntad.

Ese 27 de febrero se izó la Bandera Dominicana en la Puerta del Conde. Ondeó en la ciudad de Santo Domingo la bandera bordada por Concepción Bona y María Trinidad Sánchez, junto con otras damas. La Bandera había surgido de un proyecto presentado por Juan Pablo Duarte, aprobado el 16 de julio de 1838 en La Trinitaria, donde se presentaron los colores y la forma de la enseña que representaría al nuevo estado, que se denominaría “República Dominicana”.

La naciente república quedó dirigida por una Junta Central Gubernativa bajo el poder de los conservadores hasta el 14 de noviembre de 1844 en que Pedro Santana es electo como el Primer Presidente Constitucional de la República Dominicana.

Fuente: nuestroshijos.do

La complicidad en el amor de pareja

Por: Ligia Valenzuela, M.A.

A propósito de que en el mes de febrero se celebra el Día del amor y la amistad, vi oportuno escribir sobre uno de los aspectos más importantes para que en la pareja haya una relación de amor y amistad: la complicidad.

La complicidad es un lenguaje que va creando intimidad y afinidad entre dos personas y donde el sentimiento por el otro permitirá que se establezca un tipo de relación entre ellos que luego les permitirá afrontar las distintas etapas de la relación de pareja de una forma más satisfactoria.

¿Cómo se construye?

– Cuando cada uno va inspirando en el otro seguridad y confianza.

– Cuando ambos desarrollan una disposición a escucharse, a tolerarse y a interesarse sobre cómo es el otro, cual es su forma de pensar, qué le gusta y qué no, qué le agrada y cuáles han sido los  momentos más significativos de la historia de su vida.

–  Cuando sus miradas están puestas en la misma dirección y sus esfuerzos buscan sumar y multiplicar, sin pretender tener el mismo punto de vista a cerca de las cosas.

– Que la propuesta que los mueva sea “ganarle la batalla” a la situación o circunstancia por la que están pasando como pareja o como familia.

– Que la comunicación verbal y no verbal entre ellos, busque  “sintonizar”, lograr conexión, convertir la relación en una sinergia donde el uno estimule y cuide al otro; donde ambos aprendan a ponerse de acuerdo para lograr propósitos comunes.

– Cuando procuran que el interés sexual, columna fundamental de la complicidad, busque mantenerse a través de la intimidad y la cercanía. Por ejemplo, haciendo planes juntos, teniendo proyectos a corto y mediano plazo que puedan  ser realizables, procurando espacios en los que compartan solos, tales como: bañarse juntos, compartir chistes, salir a bailar o aprender un baile que les produzca alegría y entusiasmo, irse de viajes  y cualquier otra actividad que permita que afloren las muestras de afecto y de deseo del otro, de modo que se comuniquen “sigues gustándome…”

– Compartiendo la cosas cotidianas y sencillas de todos los días, tanto del hogar y los hijos, como del mundo laboral de ambos.

– Y por último, conservando el buen humor, pues éste conecta, refuerza los vínculos afectivos y ayuda crear recursos que les permitan enfrentar las situaciones de la vida juntos y poder crear una relación de pareja feliz y duradera…

El miedo a sentirse enamorado

Carolina Jiménez
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Santo Domingo

El amor es uno de los sentimientos más maravillosos que puede experimentar el ser humano. Por lo general, se asocia a una relación pasional entre dos personas. Sin embargo, existen otros tipos de amores que podrían ser más grandes, como por ejemplo, el amor a Dios, a la familia, a la naturaleza y el amor a sí mismo.

Alejandro Romualdo, poeta, lo define como una entrega total y desinteresada que asume todos los riesgos y dificultades. Dice que cuando las razones del corazón se imponen, avasallan irresistiblemente prejuicios y barreras de toda clase.

Para la poeta Claribel Alegría, el amor tiene criterios sencillos: la afinidad, el deseo de entender y ser entendido, la confianza absoluta basada en el conocimiento íntimo del carácter del otro, el compañerismo, los valores compartidos y la curiosidad insaciable de explorar tomados de las manos este mundo insólito y fugaz.

¿Es siempre el amor correspondido?

A pesar de ser el amor un acto que produce sensaciones de felicidad y emociones, puede convertirse en una pesadilla para quienes aman y no son correspondidos. Peor aún, para aquellos que no tienen la capacidad de enamorarse, es decir, para un filofóbico.

El término filofobia se refiere a una patología o trastorno mental con referencia al amor como pareja e incluso el amor de familia o amistad, mejor conocido como el miedo irracional de amar o de enamorarse de alguien.

Según investigaciones, se basa en ese miedo al amor, pero no necesariamente para estar con una persona se necesita amarla. Esto quiere decir que los filofóbicos en algunos casos logran permanecer con una persona en unión por algunos meses, pero cuando comienzan a tener algún sentimiento huyen sin dar explicaciones a su pareja.

Otra situación que acompaña a quienes sufren de este trastorno es su entorno, si comienzan a tener una amistad o relación con otras personas al principio se sienten normales, pero si comienzan a sentir que es una amistad, que le hace falta la otra persona, ya sea para platicar o incluso que siente dolor por lo que le pase, prefiere alejarse y dejar de hablar con la persona. Esto lo hace para evitar sentir emociones fuertes y llegar a quererla. 

Patrones conductuales de una persona que padece filofobia

La psicóloga emocional Ciara Molina expone los siguientes patrones:

• Tienden a buscar defectos en la pareja, para justificarse a sí mismos que no deben implicarse más en esa relación sentimental.
• Se enamoran de personas inalcanzables para reafirmarse en que ellos no tienen el miedo a amar, sino que son las circunstancias las que no hacen factible esa relación.
• Buscan relacionarse con personas muy diferentes a ellos pensando que de esta manera se llegará al fracaso de la unión y no sentirán la presión de dejar la relación sólo por sus miedos.
• Suelen provocar disputas con la otra persona, buscando de este modo que sea ella la que deje la relación.
• Se aíslan emocionalmente al sentir que la otra persona se está acercando demasiado, cayendo en conductas como eludir llamadas de teléfono, dejar de verla con asiduidad, inventar excusas, etc.